El 10 de octubre celebramos el día mundial de la salud mental. Tras muchos años de inversión pública, investigación y, sobre todo, compromiso de los profesionales e instituciones, la sociedad empieza a asumir el cuidado y atención a la salud mental como lo que es: uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2020, puso de manifiesto que la ampliación del Plan de Acción sobre la Salud Mental de la OMS hasta 2030 ofrece una oportunidad para mejorar la inversión, el liderazgo y la gobernanza.
Y ese es el camino correcto. En 2020, el 51 % de los Estados miembros de la OMS informaron de que su plan de salud mental estaba en consonancia con los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos, un porcentaje que en realidad exige más, porque está muy por debajo del objetivo fijado (80 %).
El Ministerio de Sanidad, por su parte, se ha comprometido a impulsar un enfoque de la salud mental en Europa durante la Presidencia española en el Consejo de la Unión Europea. Y en ese marco, las estrategias prioritarias son el acceso a una prevención adecuada y eficaz, la incorporación de nuevos tratamientos y la atención sanitaria asequible y de alta calidad, en línea con lo que se trabajó en las Illes Balears durante los años de Govern de Progrés.
En nuestras islas se ha apostado de manera decidida, desde el año 2015, por la inversión en las áreas de salud mental. Y para ello han resultado clave acciones como el aumento de profesionales, la incorporación de psicólogos clínicos en Atención Primaria, la equidad en el acceso a los diferentes recursos, las campañas de lucha contra el estigma aún hoy ligado a la enfermedad mental, la puesta en marcha del observatorio para la prevención de la conducta suicida, la reforma del Parc Sanitari de Bons Aires o la participación de pacientes y entidades del tercer sector en el plan estratégico.
Por otro lado, el 14 de marzo de 2023, el Parlament de les Illes Balears, con el soporte de todos los grupos parlamentarios firmó el Pacto por el bienestar emocional y la salud mental de las Islas Baleares. Hablamos de un acuerdo que es una clara muestra de la voluntad política de avanzar en la materia.
Por todo ello, en el grupo parlamentario socialista brindamos todo nuestro apoyo para seguir impulsando tanto la mejora de la inversión, como la coordinación con todas las instituciones implicadas, contando con los pacientes y las entidades, trabajando por y para los derechos humanos, ampliando el marco de la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, sin olvidar la necesaria apuesta por la formación e investigación.
Los niños y niñas, los jóvenes y adultos esperan de las instituciones y de partidos comprometidos con su sociedad como el PSIB-PSOE, un trabajo intenso y coordinado. El objetivo es siempre la prevención (no enfermar) y eso requiere un esfuerzo público que siempre contará con nuestro apoyo y experiencia.
La enfermedad mental condiciona la salud, pero también las relaciones personales, familiares y laborales, el trabajo y, por supuesto, la integración social. Condiciona, por tanto, la vida de cada persona. Queda mucho por hacer. Y es por ello que el refuerzo constante de la atención a la salud mental ha de seguir siendo un compromiso de todos y todas, para priorizar el bienestar emocional y avanzar en la atención. Invirtiendo. Pactando. Formando. Guiados siempre por los profesionales. Y escuchando la voz de los pacientes.