Escribir sobre nuestros hijos es, de algún modo, escribir sobre nuestra infancia, sobre cómo creemos que esta fue. Y escribir sobre nuestra infancia es, también, escribir sobre nuestros padres, contraponer el recuerdo que guardamos de ellos cuando eran jóvenes –y nosotros no lo sabíamos– con su imagen actual –ahora que andan mimando a nuestros hijos como tal vez nunca nos mimaron a nosotros–. Ya hace tiempo que compaginamos el hecho de ser padres con el hecho de ser hijos.
Y a veces nos toca ejercer de padres de nuestros padres –es algo que irá a más– y de hijos de nuestros hijos, como cuando les da por jugar a las familias imaginarias y nos toca desempeñar el rol de hijo (una variante de este juego convierte a mi hija en una profesora bastante exigente y a mí en un alumno algo travieso y despistado). Pero a cuento de qué todo esto. Pues a cuento de la lectura de Literatura infantil, de Alejandro Zambra, un libro ideal para esas mamás o esos papás a punto de empezar sus vacaciones estivales. Feliz verano.