Los nacidos en 2004 pueden pedir ya el bono de 400 euros para que se lo gasten en productos culturales. Se pueden comprar libros, fundirse otros cien euros en productos digitales y los otros 200 en irse a conciertos, festivales o al cine. Está muy bien la iniciativa del Gobierno para incentivar que los jóvenes se enganchen y apoyar a la industria cultural como se hace con otras. Ahora, a ver por qué se les da a los que cumplen 18 años y no a los nacidos, yo qué sé, en 1979. Como apoyo a la industria cultural el efecto es mucho mejor si los beneficiados son los que han cumplido este año 43 años.
Solo por el hecho de que son más. Es un respaldo mucho más decidido por lo tanto para el sector cultural que las raquíticas cohortes de edad que llegan ahora. Otra ventaja de dar la ayuda a los nacidos en el 79 es que, aunque sea por experiencia vital, tienen un gusto evidentemente mucho más refinado y cultivado que los del 2004. ¿Saben cuál fue el disco más vendido ese año? Bulería, de David Bisbal.
Es evidente que de ahí se tiene que arrastrar algún problema de cara al futuro. Con un paladar literario o musical más hecho, un adulto orientará los 400 euros que le toquen en una dirección mucho más estimulante para que avance la creación en España en los próximos años, las artes, las letras y todo lo que se imaginan. Es un tema de criterio que redunda en el bien común. A los 18 uno anda muy despistado a la hora de sus gustos culturales como en todo en la vida. Me reconozco incapaz de haberle dado un uso coherente a ese bono a esa edad. Ahora mismo, sería un chollo para el Estado.