Hay noticias que todavía nos sorprenden. Cuando has visto situaciones absurdas, grotescas y contradictorias, cuando crees estar curado de espantos, algo concreto consigue llamar tu atención y dejarte con la boca abierta. La incoherencia humana, por ejemplo, jamás dejará de alimentar la sorpresa y el desaliento. Hace unos pocos días, el máximo responsable del Servicio Público de Empleo de la Comunidad de Castilla y León, perteneciente a Vox, el señor Javier Moreno Espeja, dimitió de su cargo. Lo hizo después de que transcendiera que es socio y lidera una empresa que ha realizado cursos de Igualdad para el Parlament Balear.
Estos cursos tienen como objetivo trabajar y luchar por la igualdad entre hombres y mujeres, además de no discriminar a los miembros del colectivo LGTBI. Se trata de concienciar y aproximar la idea de respeto por la diferencia, la orientación sexual de cada persona y la necesidad de ser flexibles y tolerantes con los demás. Estos cursos, organizados por la empresa Data Consulting, se impartían en escuelas e institutos y estaban destinados a los adolescentes. Eran talleres enfocados en la tolerancia hacia la diversidad.
La paradoja era la siguiente: el señor Moreno formaba parte de la empresa organizadora de estos talleres. A su vez era un alto cargo de Vox, partido que denunció la actividad de dicha empresa y pidió que se eliminara. Es decir, formaba parte de la acusación y de los acusados, por decirlo de alguna manera. Hay personas que tienen la habilidad de convertirse en cara y cruz de una misma moneda. Pueden ser el blanco y el negro a la vez. No tienen escrúpulos a la hora de formar parte de aquello que atacan.
Mientras Vox acusaba a la empresa, el susodicho se lucraba a través de sus actividades. ¿De qué estamos hablando? Seguramente de aquello tan viejo, tan conocido, tan simple… que llamamos ambición humana. Nunca dejaremos de sorprendernos, aunque creamos que ya hemos visto de cerca la incongruencia, sigue estando ahí presente, a la vuelta de la esquina.