El PP rectifica la posición anunciada por José Ramón Bauzá sobre el catalán. En poco menos de un mes ha pasado de querer derogar la Ley de Normalización Lingüística a sólo reformarla para, ahora, dejarla tal cual está; de querer derogar el Decreto de Mínimos –que obliga a enseñar al menos el 50% de las asignaturas en catalán- a sólo reformarlo para acabar recuperando el trilingüismo -50% de la enseñanza en catalán, otro tanto en castellano y el 20% en inglés- que Francesc Fiol quiso imponer (en la legislatura anterior) y que acabó como el rosario de la aurora. Es lo que pasa cuando un político se mete en un berenjenal. Que no sabe cómo salir de él y acaba rectificándose a sí mismo hasta el infinito y sobre todo hasta el ridículo. Si Bauzá es presidente el año que viene, muy probablemente hará con el catalán lo mismo que sus antecesores del PP: no tocar nada. ¿Para acabar así hacía falta todo el embrollo que ha montado este hombre durante el último mes?