Una de las calles más polémicas de Mallorca, y quizás de España, es Punta Ballena, en Magaluf, donde cada verano se registran peleas, atracos, violaciones y todo tipo de excesos. Este año, la situación ha cambiado ligeramente y se están moderando las bacanales de antaño, aunque todavía hay noches sonadas de desenfreno y vicio. El trabajo realizado por autoridades y empresarios, que han dignificado los negocios de los alrededores, ha ayudado a paliar aquella imagen patética de la calle preferida de los juerguistas británicos. Otro factor a tener en cuenta es que hoy en día cualquier turista lleva un móvil encima y puede grabar a cualquier visitante que se desmadre en plena calle. Los cámaras de seguridad también abundan, por lo que los protagonistas de posibles altercados saben que tienen muchas posibilidades de quedar registrados en algún dispositivo y hacerse viral en su país. Curiosamente, muchos de los veraneantes de Punta Ballena son hijos de otros que en los años 90 y los primeros años 2000 visitaron aquella conflictiva avenida.
Gran presencia policial. Asimismo, la presencia de la Policía Local y de la Guardia Civil, como pudo constatar este periódico el viernes por la noche, es constante y contundente. Este efecto es disuasorio para los jóvenes que van bebidos y que se cruzan con las patrullas. Las fuerzas policiales confirman que esa avenida ya no es el epicentro de las juergas salvajes en Mallorca.
Quejas vecinales. Pese a todo, todavía hay un gran trabajo que hacer en Punta Ballena. De hecho, los vecinos se siguen quejando de que por las noches no pueden descansar como sería deseable y que los gritos y altercados de los turistas ebrios les impiden conciliar el sueño. Asimismo, en las playas próximas a la avenida hay un descontrol absoluto por las noches y los descuideros hacen su agosto robando entre las sombras.