Oriente Medio, un polvorín a punto de explotar

| Palma |

Las previsiones de los analistas internacionales se cumplieron y el jueves Israel atacó Irán con una flota de 200 aviones de combate y agentes del Mossad infiltrados sobre el terreno. El objetivo es el programa nuclear del régimen de los Ayatolás, que estaba a punto de conseguir una bomba atómica. No hay que olvidar que los jerarcas persas siempre han abogado por la destrucción total del estado de Israel, de ahí que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, no haya dudado a la hora de atacar a su archienemigo. Incluso, como ha ocurrido, sin el apoyo directo de su aliado más fiel: Estados unidos. Es una guerra anunciada entre dos países irreconciliables, pero que convierte a Oriente Medio en un polvorín a punto de explotar, con unas consecuencias imprevisibles para todo el mundo. El conflicto escaló en la noche del viernes cuando Irán reaccionó con el lanzamiento de un centenar de misiles sobre Tel Aviv y otras ciudades hebreas. Hay al menos tres fallecidos y más de 80 civiles heridos ,y desde el Ejecutivo de Netanyahu, se ha advertido que las consecuencias serán desastrosas.

El papel de Estados Unidos

El presidente norteamericano, Donald Trump, fue informado del ataque israelí y aunque sus tropas no han intervenido directamente, están ayudando a interceptar los misiles iraníes. Con todo, Trump insiste en que Teherán no debe levantarse de la mesa de negociaciones para un acuerdo nuclear, aunque los Ayatolás, visto lo visto, consideran que cualquier acuerdo a estas alturas es papel mojado.

La comunidad internacional, en vilo

Las consecuencias de una guerra a gran escala en Oriente Medio pueden ser letales para la economía, de ahí que la comunidad internacional esté en vilo. El precio del petróleo ya se ha disparado y las Bolsas cayeron el viernes con fuerza. Los líderes políticos mundiales deben buscar una solución urgente.

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