Cuando aún no ha sido convocada la Conferencia de Presidentes y arrecia el debate sobre el pacto fiscal que cerraron el PSOE con ERC para la investidura de Salvador Illa y dotar a Catalunya con una «financiación singular» de Catalunya, cuyo contenido aún se desconoce, el presidente del Gobierno vuelve a maniobrar y avanza la celebración del Congreso Federal del PSOE a noviembre en Sevilla. Al mismo tiempo anuncia que se presentará a la reelección para seguir como secretario general. La portavoz de la formación, Esther Peña, indica que, entre otras cuestiones, se abordará la financiación autonómica, cuando es la cuestión que genera más incomodidad en el seno del PSOE y una gran controversia con el Partido Popular. Alberto Núñez Feijóo afirmó ayer que se compromete a «derogar la ‘independencia fiscal’ de Catalunya» que tachó de inconstitucional. En declaraciones a Onda Cero anunció que si llega a la presidencia del Gobierno, «plantearemos un nuevo sistema donde no quepa el cupo separatista».
Nueva confusión para Baleares
Sorprende, de las declaraciones de Esther Peña, la negativa a valorar si el acuerdo PSOE-ERC implicará un concierto económico para Catalunya, al limitarse a decir que es una «financiación singular» como ya tienen Baleares y Canarias. Supone una nueva confusión entre el Régimen Especial balear, que no se aplica en su totalidad, y el actual modelo de financiación autonómica, que perjudica y castiga al Archipiélago.
La provocación, un mal camino
Asombra más el desparpajo de la portavoz del PSOE al pedir a todos los presidentes autonómicos, también los de su partido, que tengan las «agallas» de plantear una propuesta en materia de financiación. La reforma de esta materia no es cuestión de agallas, sino que una cuestión de Estado que reclama serenidad, criterio institucional y voluntad de acuerdo. Las provocaciones no conducen a ninguna parte.