El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, apeló y reivindicó la socialdemocracia en el 40 Congreso Federal como la vía socialista para cambiar y mejorar la vida de los españoles. Un congreso que escenificó la unidad en torno a Sánchez, arropado los expresidentes Felipe González y Rodríguez Zapatero. Al mismo tiempo, se puso en ‘modo preelectoral' porque el PSOE quiere consolidar y hacer valer su posición como partido de gobierno, lo que implicará desmarques de Unidas Podemos, su socio y también adversario. Un PSOE que se presenta como verde y feminista, y que anuncia la derogación de la reforma laboral, la ‘ley mordaza' y la abolición de la prostitución en España.
Un menorquín en la ejecutiva.
En relación a Baleares cabe destacar la incorporación del menorquín Marc Pons, hoy director de gabinete de la vicepresidenta Teresa Ribera, a la nueva Ejecutiva Federal. El exconseller del Govern Armengol será el secretario de Transición Ecológica Justa y Preservación de la Biodiversidad, y representará al socialismo balear en una dirección formada por 42 personas, de las que seis son ministros de Pedro Sánchez.
La financiación, asignatura pendiente.
Preocupa la falta de alusiones y compromisos en torno a una cuestión capital para las Islas: el nuevo modelo de financiación autonómica. Coincide con el congreso la petición del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, para aplazar la reunión impulsada por su homólogo de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que el 2 de noviembre iba a reunir a Castilla y León, Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha, La Rioja, Cantabria, Galicia y Extremadura –cuatro presidentes del PSOE, tres del PP y un regionalista– para hacer frente común y reclamar la revisión del actual modelo. La adhesión de cuatro comunidades socialistas a la iniciativa de Feijóo provocó alarma en el PSOE. Baleares, perjudicada por esta financiación –aprobada por el PSOE en 2009– deberá seguir esperando.