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Un primer vuelo a los mandos del dron DJI Mini 4 Pro: toda una experiencia

El dron DJI Mini 4 Pro | Europa Press

| Madrid |

Los drones se han convertido en un aliado de los creadores de contenido, ofreciéndoles la posibilidad de grabar imágenes únicas allá donde van. Durante un tiempo, mucha gente pensaba que pilotarlos era una tarea complicada, apta para unos pocos, pero DJI cambió las reglas de juego con su familia 'Mini' y hemos puesto a prueba su nuevo DJI Mini 4 Pro para confirmar si esta experiencia es apta para todos los públicos.

Este artículo no es una review técnica sobre las especificaciones del dispositivo, que también repasaremos, sino una crónica de ese primer vuelo con dron y las sensaciones que DJI logra transmitir a ese usuario novel. La conclusión rápida es que la única barrera entre el usuario y esas imágenes espectaculares desde las alturas es únicamente el precio -1.129 euros, el pack más completo-. Pero vamos a explicarlo paso a paso para que se entienda mejor.

El 'unboxing' del DJI Mini 4 Pro nos deja ante un dron, plegado sobre sí mismo, de tan solo 249 gramos de peso, lo que es uno de sus principales atractivos. Los entusiastas de la fotografía o el vídeo, acostumbrados a cargar con sus pesados equipos, van a descubrir con alivio lo liviano que es el dron, el control remoto DJI RC 2 y las tres baterías de vuelo que se incluyen. Además, viene en una bolsa de unas dimensiones perfectas para que entren todos estos elementos y podamos cargar con ella cómodamente.

Su diseño ligero no solo garantiza poder transportarlo con facilidad, sino que también cumple las normativas sobre drones en la mayoría de países y regiones, para ofrecer la libertad de despegar sin problemas. En cualquier caso, siempre es importante revisar los espacios donde se puede pilotar el dron con seguridad, respetando las normativas y restricciones locales.

La experiencia de vuelo

Nos acercamos hasta el municipio madrileño de Prádena del Rincón para esta primera experiencia de vuelo con dron. Hay que reconocer que un primer vuelo con un dispositivo valorado en más de mil euros siempre da un poco de impresión, pero el manejo es tan intuitivo que en cuestión de segundos ya te haces con el control del mismo y empiezas a disfrutar de los 30 minutos que, de media, dura la batería.

Para despegar y aterrizar basta con buscar una superficie plana y, simplemente apretando un botón, el dron se echará al aire o volverá a tierra. A partir de ahí, y evitando los días de mucho viento, el dron se maneja con sencillez gracias a dos 'joysticks': con uno de ellos se eleva, baja y gira, mientras que con el otro se desplaza lateralmente, hacia delante y hacia atrás. Con el resto de botones podemos cambiar la orientación de la lente (lo que nos permitirá hacer planos cenitales) o usar el zoom (hasta 2x en fotos y 4x en vídeos), entre otras funciones.

Para los que estén familiarizados con los drones, esta información es demasiado básica, pero es algo fundamental para aquellos que se animan a pilotar uno por primera vez. En este primer vuelo, recomendamos empezar con tres planos que no pueden faltar en una buena grabación con dron: un vídeo en el que se graba a un sujeto en primer plano para elevar el dron y disfrutar del paisaje desde lo alto; el típico plano cenital en el que el dron parte a ras de suelo enfocando a los sujetos y sube hasta su altura máxima (120 metros); y otro plano en el que usando los 'joysticks' con un poco de destreza puedes girar sobre un elemento, manteniéndolo siempre en el centro de la imagen. Tres recursos sencillos de grabar y que dejan como resultado planos de película.

Pero más allá de esta prueba 'manual', el Mini 4 Pro ofrece otros intuitivos métodos de grabación prestablecidos para que los usuarios den rienda suelta a la creatividad, como son Spotlight, Punto de Interés y ActiveTrack 360° (esta opción de seguimiento del objeto es espectacular en tomas con movimiento). Estos modos permiten a los usuarios mantener el enfoque, esquivar obstáculos y lograr un seguimiento más fluido y estable gracias a la detección de obstáculos.

Otro elemento que resulta fundamental es la seguridad durante el vuelo y, para ello, el Mini 4 Pro cuenta con detección de obstáculos omnidireccional, utilizando múltiples objetivos gran angular y un par de sensores de visión inferior para detectar obstáculos en todas las direcciones (y pitando cuando nos acercamos a cualquier obstáculo). Esto se complementa con el Sistema Avanzado de Asistencia al piloto (APAS), que hace que el dron frene y esquive obstáculos de forma automática, lo que mejora la seguridad en vuelo de forma exponencial.

Imágenes de alta calidad y pensadas para redes sociales

Una vez aterriza el dron y hemos disfrutado de esta primera experiencia de vuelo, lo que toca es ver las imágenes y compartirlas en redes sociales. Para ello, resulta súper cómoda la función QuickTransfer, que permite transferir rápidamente fotos y vídeos al 'smartphone' sin necesidad de vincular el control remoto. Desde el móvil previsualizamos todo y descargamos los planos que mejor hayan quedado.

La calidad de la imagen sorprende para una lente de unas dimensiones tan pequeñas. El Mini 4 Pro ofrece un vanguardista sistema de imágenes con un sensor CMOS de 1/1.3 pulgadas, una nueva plataforma de procesamiento de imágenes y fusión de ISO dual nativo. Su apertura f/1.7, resolución de imagen de 48 MP, vídeo HDR en 4K/60 fps y grabación a cámara lenta en 4K/100 fps capturan momentos con un increíble nivel de detalle. Asimismo, un algoritmo de reducción de ruido mejorado en el modo de vídeo 'Night Shots' ofrece vídeos más claros y nítidos, incluso con poca iluminación.

Otra ventaja importante de este modelo es la posibilidad de cambiar la orientación de la lente, permitiendo la grabación en formato vertical (el más usado en redes sociales). De esta manera, no hace falta hacer tareas de postproducción para adaptarse a este formato, sino que directamente elegimos el modo vertical antes de empezar a volar (con un simple toque en el botón que aparece en la pantalla principal, justo encima del botón de grabación) y listo.

Y, de esta forma, concluimos con esta primera experiencia a los mandos de un dron, que hemos disfrutado desde el mismo despegue, perdiéndole el miedo y siendo conscientes de que aún hay muchas más opciones que desbloquear según vayamos profesionalizando el uso (modos como el Hyperlapse, las fotografías panorámicas o los MasterShots, entre otros). En definitiva, darse cuenta de que crear estas imágenes tan espectaculares está en manos de cualquiera es increíble y, como comentábamos al inicio, la única barrera es el precio que estés dispuesto a pagar por ello.

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