Toni Cañellas, durante temporadas colaborador del programa Un día más, dirigido y presentado por Joan Monse, en Fibwi, ha retomado este verano el trabajo que tuvo durante ocho años como artista, primero en la gran piscina de Western Park -ahí como animador y socorrista- y, posteriormente, en la de Aqualand el Arenal. En este parque trabajaba como artista animador, un trabajo que alternaba por las noches con el de guía de la noche para las discotecas Pachá, Tito’s y BCM. Esta labor consistía en pasar con un autocar por distintos hoteles de la Isla para recoger a los turistas que habían adquirido tickets para vivir plenamente la noche en una de ellas.
«Cuando llegaba al hotel, pedía por ellos, les invitaba a subir al autocar, les llevaba a la discoteca advirtiéndoles que a tal hora de la madrugada debían de estar en la puerta por donde pasaríamos a recogerlos para llevarlos al hotel. Como verás, desde media mañana hasta bien entrada la madrugada, no paraba y encima disfrutaba con los dos trabajos. Pero llegó la covid, se cerraron todos los establecimientos y ¡adiós piscinas y discotecas!», nos relata.
Por fortuna -continúa-, «cinco años después, he vuelto a la actividad de hacer bailar a la gente en una piscina, concretamente en la de Aqualand. Y lo hago diariamente, en dos turnos, entre las 12.00 y las 14.30 horas. Luego, por las tardes, entre las 15.30 y las 22.30 horas, estoy en el Teatre Principal de Palma, donde trabajo como técnico de sala, es decir, estoy pendiente del público, de las compañías, de la seguridad de la sala... En pocas palabras, pendiente de que todo esté en orden», detalla.
Volviendo a su actividad como artista y animador, «la piscina es muy grande, pues hay días que se meten en ella cerca de mil personas» para bailar al son que él les marca, casi siempre al ritmo de música muy comercial. «Yo canto por encima de la música, a la vez que les invito a que ellos hagan lo mismo... Que lo hacen… Son personas de cualquier edad, desde niños a abueletes, que no veas cómo se mueven en el agua bajo una temperatura de 35 grados… Se mueven sin parar. Yo canto bajo un pequeño toldo y no te puedes imaginar el calor que paso. Pero como lo hago con gusto y más viendo que la gente disfruta bailando y cantando, pues me olvido del calor. De vez en cuando se oye la voz de ¡splash! y es el momento de echarse agua unos a otros», cuenta.
Y luego, por la tarde, en el Teatre Principal. Y en cuanto a otros proyectos, le preguntamos qué tiene: «Hay algo con una televisión local. No quiero adelantar muchos datos, salvo decir que será una especie de magacín, con entrevistas, pero…».
Sin techo y okupas
No es quiera hacer el agujero más grande, insistiendo en lo que es evidente. Los cálculos que le han hecho al alcalde de Palma sobre el censo de personas que duermen en la calle -600-, aparte de que dista mucho de la realidad, va creciendo a medida que pasan los días. La prueba la tenemos al lado de la caseta kiosco que hay en la plaza del Olivar, frente a la pescadería. Ahí, de un tiempo a esta parte, vemos llegar con las sombras de la noche a un indigente que planta la tienda de campaña dispuesto a descansar hasta el alba.
Al dato no lo aportamos para que le echen, sino para que tomemos conciencia de que cada vez son más las personas que viven en la calle. Es una injusticia social como la copa de un pino, como lo son los okupas y los inquiokupas. Estos se amparan en una norma inventada por los políticos, el desamparo, y asestan un duro golpe al ciudadano honrado al que han okupado su casa, comprada a consta de no pocos esfuerzos. Porque si el okupa, en vez de okupar la vivienda de un ciudadano normal y corriente, okupara la de un político, o familiar de este, seguro que lo ponían de patitas en la calle.
Así que -y que todo sea por la Palma de 2031 en la que sueña el alcalde; una Palma referente en Europa- pónganse las pilas, señores políticos, afronten el tema de los sin techo y búsquenle soluciones lejos de echarlos de dónde están, que es lo que están haciendo hasta la fecha, puesto que muy pocos son los que van a parar de la calle a un piso de protección y si lo consiguen, es a costa de esperar años.
Poda en el parque
Dejamos constancia de una de las muchas obligaciones que tiene Cort en bien de la ciudadanía. Nos referimos a que este martes, desde primeras horas de la mañana, un grupo de jardineros estaban limpiando de hierbajos, entre ellos espigas -el enemigo número uno de los perros- la zona acotada para perros del parque Wifi, de Palma. Y es que, a consta de insistir -me refiero a los vecinos- se consiguen las cosas. Pues bien, ¡bien por los vecinos y bien por Parques y Jardines de Cort! Ahora hay que echar un vistazo con urgencia a otros parques caninos, como el de Son Dameto de Dalt, en el que, según contaba ayer una vecina, dueña de un perro, por tanto una vecina que cada tarde lleva a su perro a que se explaye y socialice con otros perros, hay muchas cosas por hacer, y entre ellas, muchas espigas que quitar.