Jorge Lorenzo, nacido en Mallorca en el año 1987, ha sido uno de los nombres del motociclismo más importantes de la historia con cinco títulos del Campeonato del Mundo a sus espaldas. El mallorquín tuvo su primera moto cuando solo tenía tres años y a los 14 de trasladó a Barcelona para profesionalizarse. Hasta ese momento vivió en Palma, más en concreto en Son Forteza. Este barrio, enclavado en un cruce de caminos a caballo entre el centro de Palma, polígonos como Son Fuster o Son Castelló, la Vía de Cintura y la calle Aragón, puede presumir de ser un enclave histórico de la ciudad.
Una leyenda que el tiempo ha acabado por engullir y que queda plasmada en la emblemática posesión que da nombre al barrio, lugar que marcó el final de la Guerra de Sucesión en Mallorca, en verano de 1715. Una tapa sobre el pozo de la antigua 'possessió' recuerda la capitulación de Palma ante las tropas de Felipe V, señalando la fecha del 13 de julio de aquel año. Esa inscripción y el último almendro que resiste junto al acceso a la Vía de Cintura son casi los últimos restos de aquella finca que sentó las bases de un barrio, el de Son Forteza, partido por aquella infraestructura y por el tren.
El elevado volumen de circulación que soportan al encontrarse a caballo entre el centro de la ciudad, la Vía de Cintura, la calle Aragón y el acceso a polígonos como Son Fuster o Son Castelló, convierte a la zona en un punto caliente de la red viaria. Un barrio en el que Jorge Lorenzo sigue muy presente, hasta el punto que un aficionado dejó plasmado sobre el cemento su nombre. En el giro que une las calles Prevere Rafael Barrera y Fertilizadora un seguidor del piloto puso su nombre en el año 2024.
Fue la iniciativa de un aficionado a las motos, vecino de la zona, que cuando se hizo la obra en ese cruce escribió sobre el cemento la leyenda 'Curva J. Lorenzo 99'. Por allí más de una vez debió pasar andando sobre su bicicleta, siendo muy niño, un Jorge que durante años residió junto a su padre y su hermana unas pocas manzanas más lejos. En la actualidad el mallorquín en Lugano, una ciudad ubicada en el cantón de Tesino, en el sur de Suiza, aunque también es un habitual de Dubái. Tal es su amor por la ciudad de los Emiratos Árabes que incluso pasó allí el confinamiento por la COVID-19.
Eso sí, el exdeportista explicó en una entrevista a este periódico que no viene más a la Isla por motivos de agenda: «No es porque no me encante Mallorca y las Islas Baleares es porque no ha coincidido. Me gustaría venir mucho más». Ya alejado el mundo del motociclismo, Lorenzo ejerce como comentarista de DAZN y su última aventura ha sido el podcast de éxito Dura la vita, formato que produce en el que se ofrece tertulias y análisis de MotoGP, Fórmula 1 y Superbikes.
No és mallorquí. En sa seva vida no ha piulat ni una paraula en mallorquí. És un renegat. No sap dir ni "bon dia".