Ni el propio Papa Francisco se resistió a la ensaimada de Mallorca. El pontífice, conocido por su sencillez y cercanía, recibió en dos ocasiones concretas este dulce típico de la Isla recién horneada. Y es que Jorge Mario Bergoglio es un buen conocedor de nuestras costumbres, ya que antes de ser pontífice estuvo de visita por tierras mallorquinas.
La primera ensaimada que llegó al Vaticano fue en octubre de 2019 cuando el panadero Ángel Cortés, de Palma, le visitó junto a una comitiva a la que asistió junto al artista José Luis Mesas. La segunda vez fue en 2022 cuando los Moretons de Manacor bailaron en la plaza de San Pedro del Vaticano. Los bailarines ocuparon un lugar privilegiado durante la audiencia general, ya que se desplazaron hasta allí una comitiva de 45 personas para participar en una «experiencia única».
Ubicados entre el público y el altar, y ataviados con sus llamativos trajes, interpretaron el baile ancestral que data de 1808 mientras que el Papa terminaba su recorrido subido en el papamóvil por la plaza de San Pedro. El Pontífice observó curioso las danza y una vez terminado el acto acudió a saludarlos. Fue en ese momento cuando la comitiva tuvo la de entregarle una ensaimada de Manacor y unos sospiros.
El papa Francisco aprovechó el momento para recordar cuando estuvo en Mallorca, antes de ser pontífice, y aseguró que le gustaría volver. Le invitaron a visitar Manacor, pero no ha podido ser.