En la jornada de la paella vecinal que tuvo lugar el pasado sábado en Son Forteza, a la que asistió mucha gente –paella animada musicalmente por uno de sus vecinos, Tolo Prats, que demostró que sigue siendo un gran DJ– conocimos a Óscar Blanco, valenciano de cuna, de los pies a la cabeza, y sino ahí le tienen, vestido de valencià junto a La Geperudeta, que es como los valencianos llaman a la Virgen de los Desamparados, por la posición de su cabeza mirando hacia abajo– y presidente de la Falla del Toro, de la Casa de Valencia, de Calvià, y a la vez responsable de la buenísima paella que se comieron los asistentes, quien nos adelantó que el próximo domingo, 1 de diciembre, en El Toro, concretamente en la plaza Europa, su equipo y él van a condimentar una gran paella, también solidaria con los afectados valencianos por la DANA, a 10 euros por plato, «de los que pensamos servir unas 1.500 raciones, pues está pensada para unas 1.500 personas. Para ello, hemos abierto una serie de puntos de venta de los tickets en distintos lugares de la zona, de Santa Ponça, Son Ferrer y Marratxí, por si alguien quiere adelantarse, y así, quedarse tranquilo sabiendo que tendrá su plato de paella, aunque los rezagados también podrán adquirirlos en la citada plaza de Europa...
Siempre y cuando las reservas no hayan agotado esos 1.500 tickets previstos. Y para los que no puedan asistir –añade–, hemos abierto una Fila 0, cuyo número de cuenta es ES44 2100 1376 7102 0030 6517. Hay que decir también que el Ajuntament de Calvià se ha volcado con el evento, dándonos todo tipo de facilidades para llevarlo a cabo, así como una serie de ayudas, por lo cual le estamos sumamente agradecidos por su solidaridad».
La intención de «quiénes organizamos esta paella multitudinaria, es , una vez que tengamos el dinero, que serán 15.000 euros si se venden todos los tickets, más los que se obtengan por las bebidas que se compren y más los que se ingresen en la Fila 0, es que una pequeña comisión de miembros de la Casa Regional de Valencia de Calvià se traslade a las zonas más afectadas de Valencia, como Catarroja, Paiporta, Aldaya, Albal, etc. ,y pregunten a las personas más perjudicadas, es decir, a las que lo han perdido todo, qué necesitan para comprárselo. Y así hasta que nos gastemos todo el dinero conseguido a través de la venta de platos de paella, un dinero que, además, nos lo gastaremos allí, a fin de que salga favorecido el pequeño comercio valenciano».
Así, pues, hay que comerse enterita esa paella, incluso hay que agotar las existencias del bar, y hacer, a través de donativos a la Fila 0 por parte de las personas que se solidaricen con los valencianos afectados por la DANA, que los organizadores del evento se lleven una gran sorpresa a la hora de comprobar los ingresos que se han obtenido, que se sumarán a los conseguidos con la venta de tickets y de bebidas.
¡Hasta las pelotas!
El lunes, yendo a hacer un trabajo cerca de la calle Fábrica, al pasar por delante del bar Up and Down, sito en Avenida Argentina con Caro, me llamó la atención el cartel que la dueña ha puesto en el cristal, referente a las meadas de los perros en las fachadas de las casas, que por lo que vemos las quejas al respecto están en todas partes.
A través del cartel, la persona que está al frente del bar, tras señalar que la fachada pertenece al bar, «agradecería infinitamente que sus perros dejen de hacer pipí aquí», recordando a los dueños de los canes que orinan en su fachada «que sus perros dejen de hacer pipí aquí, no depende de los perros, depende de ustedes, los dueños». Tras insinuarle a los propietarios de los animales que mean en su fachada, que no muy lejos hay árboles y farolas, les recuerda que lleva doce años limpiando la fachada de su bar y que «me estoy cansando», añadiendo que «si yo no llevo a mi perro a hacer pipí en la fachada de su casa, no lo hagan en la mía, ¡por favor!», concluyendo con un «!Me tienen ustedes hasta las pelotas!», seguido de un «Atentamente» y rubricado con «la dueña del bar».
Hace años estuve en ese bar, en el que, según reza otro de los cartelitos, todo el mundo es muy bien recibido allí. Así que entramos en él y nos encontramos detrás de la barra con Andrea, que es la nieta de la dueña, una sueca residente en Mallorca desde hace años (aunque el bar lo abrió mi madre, aclara la joven).
Dicho bar premia también la amabilidad de los clientes. Y es que si pides, por ejemplo, un café con leche, a secas, te cobran tres euros. Si añades «por favor», te cobran dos, y si lo pides diciendo: ¿Me pone un café con leche, por favor», te cobran 1 euro con 50 céntimos.