El Parc de la Mar de Palma ha sido el escenario de la novena edición del Raïm Wine Fest, un evento que congregó a una multitud para disfrutar del vino, la gastronomía y la música en un ambiente festivo. Desde las una de la tarde hasta la una de la madrugada, el certamen, organizado por Vi de la Terra Mallorca con la participación de 37 bodegas mallorquinas, se centró en conectar a la ciudadanía con la rica tradición vitivinícola de la Isla.
El festival nació en 2022 con el objetivo de acercar las bodegas y los vinos mallorquines al público local, especialmente a la gente joven. Ha celebrado ediciones en Costitx, Deià, Portocolom, Porreres y Sant Llorenç, siendo la de este sábado la primera celebrada en Palma.
A lo largo de todo el día, el festival ofreció una amplia muestra de la diversidad y calidad de los vinos locales, destacando tanto las variedades tradicionales como las propuestas más innovadoras. Los asistentes pudieron degustar más de un centenar de referencias de vinos blancos, rosados y tintos, a un precio popular.
«Es la tercera vez que participamos y todas las ediciones han sido un éxito. Hoy estamos muy emocionados, ya que al ser en Palma, hay muchísima gente», celebra Claudia Erpili, de la bodega Ava Vi. «Somos una pequeña bodega de 7 hectáreas, así que este certamen supone una gran oportunidad para darnos a conocer», indica.
«Ya participamos en la edición de Portocolom y fue muy bien, nos ayudó mucho a dar a conocer nuestro producto», explica Olga Jiménez, de Casa Esment. «Estamos presentando ‘Gallinas & focas’, un vino ecológico de gran calidad elaborado por nuestros usuarios en colaboración con la bodega 4kilos», señala.
«Es la primera vez que venimos y nos está encantando», señala Cristina Puigserver. «Vimos que era en Palma y cerca de casa, así que nos hemos animado, porque nos gusta mucho el vino», añade Cristina Fernández, su acompañante. «Está muy bien organizado es un planazo de sábado. Se tendría que hacer más a menudo», inciden.
En el plano musical, el festival presenta un cartel de lujo que comenzó a animar el ambiente desde primera hora de la tarde. Pitxorines, con su peculiar interpretación de canciones tradicionales mallorquinas, inauguraron las actuaciones a las dos de la tarde. Les siguieron Wine DJ’s, Cacao y Avalanx, cuya mezcla de música electrónica y acústica animó bastante al público. La jornada musical culminó con las actuaciones de Chitowsky y Aina Losange, que hicieron bailar a los presentes hasta bien entrada la madrugada. La diversidad de estilos, que osciló entre lo tradicional, lo indie y lo urbano, marcó la pauta de una jornada festiva en la que la música fue una de las grandes protagonistas.
El festival también reservó un espacio destacado para las familias. Durante toda la tarde, los más pequeños disfrutaron de actividades como pintacaras, talleres de globos y cuentacuentos, mientras sus padres exploraban las diferentes propuestas gastronómicas de los food trucks y degustaban los vinos de las bodegas participantes.
«Nosotros no hemos venido por el vino», reconoce M.J. Macías, quien ha venido con su familia y algunos amigos. «De hecho, estoy embarazada y no puedo beber, pero nos ha parecido un buen plan diurno al aire libre para venir con niños», añade. «La zona infantil está muy bien montada y en general está todo fantástico», asegura.