Pepe Carrillo, que nació en Archena (Murcia), se vino a Mallorca hace 55 años, «tirado más por la aventura que por otra cosa, pues yo en mi pueblo me ganaba bien la vida como pintor y rotulista. Así que me dije que igual en Mallorca me iban mejor las cosas». Prácticamente con lo puesto, cruzó el charco y se estableció en Palma, con la intención de ganar dinero a costa de su trabajo.
-¿Y cómo le fue?
-Bien. Trabajé como rotulista, y gracias a los encargos que tenía, no me pude quejar. Me iban bien las cosas, de ahí que tuve que aparcar la pintura, hasta que llegó la informática, con el diseño gráfico, que fue retirando todo lo que fuera rotulación, ya que este era mucho más rápido y menos costoso que rotular. Y como no me vi capaz de meterme en estas nuevas tecnologías, entre otras cosas porque no tenía ni idea de informática, ni me veía capaz de iniciarme en ella, me dediqué a pintar.
-¿Era fácil vender cuadros por entonces?
-En los años 80 y 90, que es de cuando le hablo, no era difícil, no. La clase media era la que compraba, pero como está empezó a flojear, su gente tuvo otras necesidades que cubrir por lo que cada vez se vendió menos pintura, hasta el punto que apenas se vende. Sí, porque hoy, el mayor ya no compra, y el joven prefiere más comprare un ordenador o un móvil que un cuadro…. Y si se lo compra, lo hace en Ikea, bonitos y baratos.
-A usted se le conoce como Carrillo, el pintor de la noche ¿Por qué?
-Me llaman así desde que pinté cuadros con noche como protagonista, que se veían que eran cuadros de noche. Y me inicié a través de un encargo que me hizo Miguel Rosselló, propietario del Hostal Montuïri. «Píntame el hostal desde fuera, que se le vea la fachada», me dijo. Y se lo pinté, claro… Pero se lo pinté instalando el caballete delante de la fachada de noche, por lo tanto el hostal quedó con las luces y las sombras propias de la noche. Vamos, que se veía muy claro que era el hostal en la noche. Ni que decir tiene que a Miguel le gustó, por lo que me hizo otros encargos, y como a mí también me gustó como quedo, pinté más cuadros de noche. De ahí lo de pintor de la noche. Pero -añade- aparte de ese tipo de cuadros, me especialicé en los bodegones, a los que les doy un toque muy personal.
-¿Cuál ha sido el mejor cliente, como pintor, que ha tenido?
-Sin duda, Miguel Rosselló.
-¿Cuánto costaba un cuadro suyo en aquella época, 80, 90?
-Un óleo de buen tamaño, alrededor de 100.000 pesetas. Unos 600 euros de ahora.
-¿Y hoy?
-Entre 2000 y 3000 euros. Pero, como le he dicho, hoy es muy difícil de vender un cuadro. Incluso pequeño. Incluso un dibujo. De ahí que una cosa es lo que pides y otra lo que te dan.
-¿Entonces?
-Pues si aparcar del todo la pintura, no tuve más remedio que buscarme la vida por otros caminos. Y como inventar es también un arte, me hice inventor.
-¿Y…?
-Pus que ya he inventado algunas cosas. Pero una cosa es inventar y otra que interese el invento, y otra que te enreden o te hagan perder el tiempo para al final no llegar a nada.
-¿Me lo explica?
-Uno de mis mejores inventos hasta la fecha ha sido la ducha para gente con movilidad reducida. Algo muy útil, como he demostrado, para este tipo de personas, pues con esta ducha se pueden duchar solos, sin necesidad de nadie ¿Qué ha pasado? Pues que lo he presentado a personas que mucho hablar, pero nada más. Personas que están al frente de entidades y organismos, que se la presentas, la ven, se lo explicas, escuchan, pero como no entienden nada, pasan los días, los meses sin decirte nada. Un día contactas con ellos, les preguntas y te dicen que no interesa.
-¡Jo! ¿Y qué puede costarle a un a entidad el invento de la ducha?
-Mucho dinero, pero, fabricándolo y vendiéndolo, puede ganar mucho más.
-¿No será que igual no les explica bien las características y ventajas de la ducha?
-¡Claro que se lo explico bien! Pero seguramente no encuentro la persona adecuada para que lo ponga en marcha.
-Vamos a ver, aparte de usted, que es el inventor ¿cuántas personas intervienen en la puesta en marcha del invento?
-El que compra la patente y el fabricante. A veces, el que la compra es también fabricante. Por eso, viendo que he dado palos de ciego con las personas que he tratado para que adquieran la patente, pues no han visto la utilidad de invento, además de la demanda que puede tener, con el último he cambiado de táctica, he buscado un intermediario para que me localice la persona que lo pueda hacer realidad. Y creo que lo he conseguido. Con esa persona, que está en Honduras, y que es constructor, me reuniré, según me ha dicho el intermediario, la próxima semana, siendo mi propuesta que este ponga en marcha en invento y que nos repartamos las ganancias que se obtengan, partes que, entre nosotros, decidiremos cuáles son.
-¿Y de qué invento estamos hablando?
-Uno que puede revolucionar el mundo de la agricultura en parcelas no superiores a los 4000 ó 5000 metros cuadrados. Es como una carretilla que lleva cinco taladros que, puestos en marcha, hacen cinco agujeros en el suelo, que se llenan con otras tantas semillas que se depositan en ellos a través de otros cinco tubos que lleva también la carretilla. Naturalmente, estas máquinas se pueden hacer con más taladros y más tubos… Pero en principio, el prototipo es de cinco de unos y otro cinco del otro. ¿Ventajas de este invento? Pues que gracias a él, el agricultor no tiene necesidad de cavar para hacer la zanja ni de agacharse para colocar la semilla.
-¿Y todo es manual?
-Sí, ya que apenas pesa, por lo que es fácil tirar de él. Y digo que apenas pesa por está fabricado de aluminio. Y en cuanto al precio… Pues saldría por unos 3000 euros.
-Pensemos que al constructor que está en Honduras acepta la propuesta para hacer realidad este invento. ¿Cuál es el próximo paso a seguir?
-En realidad son dos. Uno, construir el prototipo, cosa que se puede hacer en Mallorca, pues me consta que hay ingenieros que pueden hacerlo. Y dos, hacer un vídeo de promoción.