Siguen las vacaciones de Carlos Alcaraz, una de las estrellas indiscutibles de los Juegos Olímpicos tras hacerse con la medalla de plata en los individuales masculinos de tenis, que finalmente ganó el serbio Novak Djokovic. Y es que si hace poco saltó la noticia de que Alcaraz, junto a su hermano Álvaro y unos amigos, habían sido vistos sobre un barco en aguas de Mallorca, hoy se ha sabido que desembarcaron en el Puerto de Andratx para disfrutar de una tarde de playa y langosta bajo el sol de verano.
En concreto, Alcaraz y sus acompañantes desembarcaron en la costa del Port d'Andratx para pasar la tarde en el restaurante Rocamar, donde disfrutaron de una agradable jornada junto al mar comiendo una caldereta de langosta, de la cual quedaron «encantados» según confirman desde el restaurante. De hecho, el deportista se fotografió con algunos de los miembros del equipo; entre ellos, el propietario del restaurante Rocamar, Pep Calafell Vera; el jefe de cocina, Tarik Faiq Houri y la encargada, Raquel Ruiz.
El tenista disfrutó de la brisa en la terraza y se relajó junto a sus amigos, con los que compartió algunos entrantes antes de degustar uno de los platos estrella del establecimiento, la caldereta de langosta. La anécdota de la tarde se la llevó uno de los bogavantes que el restaurante tiene en sus acuarios, ya que Alcaraz se hizo un 'selfie' con el animal. El grupo terminó su comida con fruta, la opción más saludable.
El equipo del restaurante trató de mantener la intimidad del deportista hasta que acabó la comida, momento en el que algunos fans se acercaron a ellos. «Carlos y sus amigos fueron encantadores, muy amables y simpáticos», comentan los testigos.
El campeón felicitó al restaurante por el servicio y la comida y, tras pasar el día entre risas y unas vistas impresionantes, recogió su equipaje y el grupo abandonó el Puerto de Andratx en catamarán para continuar unas merecidas vacaciones que llegan justo después de hacer historia en uno de los eventos deportivos más importantes del año.