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Los nuevos inquilinos, desde hace un mes, del bar abandonado del Krekovic

La caseta, ubicada en el centro del parque de Palma, está repleta de grafitis y tiene el suelo levantado

Imagen del estado del bar del Parque Krekovic. | Click

| Palma |

Un concejal municipal del PSOE está comentado a través de la red social X, antes Twitter, lo mal que lo está haciendo el actual gobierno de Cort, presidido por Jaime Martínez, sobre todo en materia de limpieza de la ciudad, en lo que no anda muy equivocado. Ahora bien, antes de acusar dicho concejal debería hacer un acto de contrición, puesto que ellos cuando gobernaron -ocho años- dejaron Palma sucia, con aceras levantadas, paredes y puertas de establecimientos grafiteadas, proyectos de renovaciones integrales de calles inacabados, y el parque Krekovic en el mayor de los abandonos… Por eso más que criticar, sería mejor colaborar como les echa en cara su jefe Pedro Sánchez a los de la derecha y ultraderecha a nivel nacional cuando critican su forma de hacer política.

Visto lo visto hay que decirles a los que gobiernan en Palma que se vayan poniendo las pilas, que llevan ya casi ocho meses y la ciudad sigue con calles y aceras en mal estado, paredes y esculturas vandalizadas, inseguridad…. Sí, hay un plan de choque de limpieza, pero en las barriadas se quejan de que solo se preocupan por el centro, no por el extrarradio. Además señalan que sigue habiendo inseguridad por falta de policías, y cada vez más gente durmiendo en la calle… O dónde les pille. Lo decimos porque en el parque Krekovic tenemos la prueba de ello.

Imagen del estado del interior del bar del Parque Krekovic. Foto: Click

Mientras que el anterior Ajuntament dedicó esfuerzos y dinero al parque Wifi, al que dotó prácticamente de todo; al de Krekovic lo dejó en el olvido, y eso que el anterior alcalde y hoy senador, José Hila, le dijo a una representación de los vecinos que lo iba a mejorar, pero al final nada. Todo lo contrario, sobre todo en la parte de lo que fue bar, donde se condensan muchos metros cuadrados de suelo levantados, prácticamente todas las paredes grafiteadas y sucias, y el bar okupado por rifeños. Concretamente son dos bereberes procedentes de los alrededores del ex protectorado español, Alhucemas, que vinieron a Mallorca en busca de trabajo y a día de hoy no han encontrado y tampoco tienen dinero. Ambos pasaron por Ca l'Ardiaca y dicen que prefieren no oír hablar de este lugar porque las peleas y los robos entre los que allí viven son constantes. De hecho, en esta sección, más de una vez, hemos dicho que quién tenga la responsabilidad sobre este establecimiento, que se ponga las pilas y averigüe qué pasa en él, pues todos tienen quejas, y muchos salen jurando que no van a volver jamás, de ahí que cada vez viva más gente en la calle. Fue hace un mes cuando los bereberes descubrieron el bar del parque, cerrado y abandonado, y decidieron okuparlo y vivir en él, bajo su techo, que siempre es mejor que hacerlo entre un cartón y una manta, cobijados en un portal o en una obra. Y encima el lugar ha ganado, sobre todo el interior del local donde, dentro del caos, reina cierto orden y la limpieza.

Sin trabajo, sin ingresos

Y es que, por lo que pudimos ver, ya que nos mostraron el local, carecen de luz pero tienen agua con la que se pueden asear, una mesa para comer y cenar y dos camas con sábanas y mantas donde dormir y, en los pies de las camas, dos pares de zapatillas para andar por casa. Un lujazo, vamos, y más teniendo en cuenta cómo se las tiene que apañar otros sin techo.

Ambos son okupas del bar del parque municipal -local que antes salía a subasta-, pero que de unos años a esta parte está cerrado y abandonado. Basta darse una vuelta por allí para verlo: sucio, más grafiteado imposible, con el suelo levantado… Un lugar que no elegirías para pasar un rato. Los dos okupas aseguran que no tienen ningún ingreso, ni paga, ni ayuda oficial por lo que a diario deben de salir a buscarse la vida, ya que de lo contrario no comerían.

Arreglar la ciudad

Por eso decimos que antes de pensar en macroproyectos, Cort debe volcarse primero en arreglar la ciudad, poniéndola en condiciones, y luego dotarla de los medios de seguridad necesarios. Por lo pronto se cuenta con un nuevo jefe de policía local, Guillem Mascaró, con mucha experiencia, avalada por un extenso currículum, al que hay que animar y dotarle de los medios que precise. Y una vez que se logre que el vecino se sienta a gusto en la ciudad, luz verde a los polideportivos, museos y túnel subterráneo por debajo del casco antiguo y lo que se tercie… Así que, ¡anem per feines!

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