La reina Margarita II de Dinamarca, la monarca viva con más tiempo en el trono, celebró este lunes su última audiencia pública antes de que el próximo domingo abdique después de 52 años en favor de su hijo, el príncipe heredero Federico. La monarca, de 83 años, llegó en coche al castillo de Christiansborg, donde tenía previsto recibir a cerca de un centenar de personas, en el último compromiso incluido en su agenda oficial antes del domingo.
Christiansborg había sido también el anterior punto de su agenda el pasado jueves, para acudir a la última de las tradicionales recepciones de Año Nuevo con la Dinamarca oficial, algo que hizo en carroza por las calles de Copenhague, un trayecto que se convirtió en un homenaje de miles de daneses.
Margarita II anunció, en su tradicional discurso de Fin de Año y de forma inesperada, su abdicación, que rompe con la tradición en las monarquías nórdicas de reinar hasta la muerte, aludiendo a su edad y a sus problemas físicos tras una operación de espalda. Tanto ella, como el futuro rey Federico X, gozan de una amplia popularidad en su país, con cifras de apoyo que superan el 80 %, según un sondeo reciente.
Siguiendo la tradición danesa, no habrá ceremonia de coronación como tal, sino que Federico será aclamado como rey desde un balcón de Christiansborg por la primera ministra, Mette Frederiksen.