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«Soy una china total, pero desde que vivo aquí me considero mallorquina»

Cristina, restauradora china, vive en Mallorca desde hace más de 20 años

Qun Ye Pan en la entrada de uno de sus restaurantes. | Click

| Palma |

Qun Ye Pan nació en la ciudad china de Wenzhou, provincia de Zhejiang. Llegó a España con su padre en 1985: tras llegar a Madrid, viajaron a Valencia y desde ahí a Palma. El padre de Qun era empresario en China y un buen día dijo que se venía a España porque -según comentó a sus más allegados- «me gusta este país» y dicho y hecho. Con Qun voló a Madrid y más tarde se les unirían su mujer y sus hijos. Ya en Mallorca abrieron restaurantes, «trabajo que mi padre alternaba con el de promotor y constructor».

Qun, que mantiene su nombre en el pasaporte, pero que desde que está en nuestro país se hace llamar Cristina, tiene dos restaurantes en la calle Aragón: Gran China y La cocina China, donde nos reunimos para hablar con ella. Nos recibe vestida con un kimono con cuello mao y mangas anchas. En la entrada del local, desde la izquierda, el gato de la suerte nos saludaba con el brazo diestro, mientras que a la derecha un precioso e iluminado árbol nos recuerda que estamos en Navidad.

¿Por qué se decidieron por Mallorca para vivir y trabajar?
-Principalmente por su clima, su gastronomía y, sobre todo, por su gente.

¿Qué hace usted en Navidades?
-Trabajar. Intentar que los demás sean felices a través de una buena comida o cena. Y por lo que estoy viendo, vamos a trabajar mucho en estos días. Esta noche tenemos el restaurante lleno.

¿Cuáles son los platos que más suelen pedir sus clientes en estas fechas?
-Como la comida china es muy variada, por ejemplo cuando viene una familia piden varios platos. ¿El que más sale de entre los que se piden? Podría ser el pato pekinés, mientras que en Nochevieja entre los más solicitados están el bogavante y el solomillo de ternera. También, en estas fechas, solemos servir bastantes almuerzos y cenas de empresa.

¿Y qué vinos suelen pedir sus clientes?
-Generalmente vinos mallorquines y, en cuanto a copas, de un tiempo a esta parte veo que piden chupitos como herbes mezcladas. ¿Y sabe lo que también hemos notado últimamente?

Díganoslo…
-Que muchos chinos, sobre todo jóvenes, celebran las Navidades saliendo a cenar con los amigos y algunos con la familia. Y es que están ya tan metidos en la cultura y costumbres de la Isla que participan en ellas. Socializan muy a gusto.

¿Es usted católica…?
-No, no lo soy. Soy budista, aunque como salí muy joven de mi país, la verdad es que tampoco practico esta religión. Eso sí, respeto todas las creencias. Lo que sí puedo decirle es que entre los chinos de Palma, y yo conozco a bastantes, hay muchos que son católicos y que van a misa. Suelen ir a la iglesia de San Alonso Rodríguez los domingos por la tarde, sobre las cuatro y media, ya que la celebra un sacerdote chino. En cuanto a lo que harán por Nochebuena, Navidad y demás fiestas pues no lo sé, pero supongo que tendrán sus celebraciones.

Posa con el árbol de Navidad.

¿Con los años que lleva en España, ha cambiado su mentalidad?
-Soy una china total pero que procura ser aquí, en Mallorca, una mallorquina más, una española más sin dejar de ser china. Es decir, sigo siendo china pero completamente adaptada a la tierra en la que vivo. Por tanto, nada de hermetismo por mi parte, sino que procuro socializar al máximo con la gente que me rodea. Y en el trabajo estoy siempre muy pendiente de mis clientes, a los que me gusta saludar cuando llegan, interesarme de si les gusta la comida y despedirme cuando se van. ¿Y sabe cuál es mi mayor alegría? Verlos volver, porque es señal de que les ha gustado.

¿Incluiría usted platos mallorquines, a los que daría un toque chino, en su carta?
- No, y pienso que ningún chino restaurador incluirá en su carta platos típicos de Mallorca, como el tumbet, la porcella o el frito, dándoles un toque chino. Y si no lo hacemos es porque respetamos la gastronomía de la Isla como parte de su cultura, a la que también respetamos y admiramos.

Usted sale, almuerza y cena en otros restaurantes.
-Sí y lo hago porque quiero aprender para mejorar. Pero jamás copio, ni en los restaurantes chinos, ni en los que no lo son. En todo caso, como ya le he dicho, creo sobre lo que me gusta.

¿Qué regalos se hacen en Navidades? Porque en China no hay Reyes ni Papá Noel…
-En el Año Nuevo chino a los niños, cuando van a visitar a sus familiares, se les suele entregar un sobre con dinero.

También es tradición para ustedes ponerse alguna prenda roja para recibir el año.
-Es cierto, nos la ponemos porque el color rojo simboliza la buena suerte. Se pone en el Año Nuevo chino y los novios cuando se casan. Y aquí en Mallorca supongo que algún chino, sobre todo si son jóvenes, también se lo podrán por la Nochevieja de ustedes.

¿Cómo se presenta el Año Nuevo chino?
-Es el año del dragón, animal que simboliza lo bueno, por tanto esperamos que será un buen año.

Para terminar, explíquenos por qué en Palma, y suponemos que en otras localidades de la Isla, hay cada vez más bares de chinos.
-Por varias razones. El precio del alquiler de un bar es menor que el de un restaurante. Por otra parte, en el bar puede trabajar una familia, mientras que en el restaurante tienes que buscar un chef chino y tener, como mínimo, un par de camareros chinos. También el chino, si se lo propone, puede hacer tapas y más si el cliente del bar que ha adquirido o ha alquilado está acostumbrado a ellas. Pero es que, en cuanto a restaurantes, tenemos un problema…

¿Qué problema?
-Pues que, poco a poco, nos vamos quedando sin trabajadores y eso es porque el chino joven, hijo de un chino que tiene un restaurante, prefiere dedicarse a otra cosa que trabajar en él. Prefiere más estudiar Derecho, Medicina o Informática que dedicarse a la restauración, ya que esta, entre otras cosas, no tiene horarios, ni días festivos. Mi hijo, por ejemplo, educado aquí, no quiere saber nada del restaurante. Se dedica a la informática, gana dinero para vivir y es más libre en cuanto a horarios. ¿Y qué pasa entonces? Pues que al hacerse mayores los trabajadores chinos que hoy tenemos en nuestros restaurantes, entre ellos el chef, cuando se retiren, no hay quién los pueda sustituir. Sí, puedes contratar un camarero no chino, pero el cocinero ha de ser chino, pues la cocina china requiere un chef chino. Y es ese el problema. ¿La solución…? Pues igual la tendríamos que buscar en China, contratando personal de allí para que venga a trabajar aquí. Y me temo que eso va a ocurrir dentro de no muchos años.

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