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Noa, de vivir en la perrera de Son Reus a morir en un hogar

La asociación Peluditos de Son Reus organiza este sábado un desfile para que los perros más vulnerables encuentren una familia

La voluntaria Francisca Riera ha acogido a Noa para que viva sus últimas semanas acompañada. | Pere Bota

| Palma |

Noa pisó por primera vez Son Reus cuando tenía tres años. Durante 365 días vivió en la perrera de Palma hasta que una mujer la adoptó, pero esta nueva vida tan solo duró dos años porque renunció a ella en 2021 tras quedarse embarazada porque decía que era «muy protectora». Desde ese momento Mónica Garrido, de Los Ángeles de Son Reus, empezó a pasear a diario a Noa pero en agosto se percató de que algo no iba bien. «La llevamos a una clínica y se la ingresó. Se le están secando los riñones y está medicada… Los veterinarios le han dado dos meses de vida y ayer sufrió una trombosis», lamenta entre lágrimas Mónica.

Tras hacer un llamamiento para encontrar una casa de acogida, la voluntaria Francisca Riera ofreció su hogar para que Noa pudiese vivir sus últimos meses con el cariño de una familia. «Es demasiado fácil abandonar perros. Quién quiere tenerlos puede, además los adoptados son los más cariñosos, nobles y atentos por el agradecimiento que tienen», explica visiblemente enfadada. Y es que lo que más entristece a Mónica es haber diagnosticado tan tarde la enfermedad de Noa: «Si hubiese estado en una casa se hubiese detectado antes, pero ahora ya no tiene solución. Es una pasada de perra, no sé cómo tuvieron el valor de abandonarla. La basura de unos es un tesoro para otros».

«Si hubiese estado en una casa se hubiese detectado antes, pero ahora ya no tiene solución», lamentan las voluntarias.

Para evitar que historias como estas se repitan, este sábado la asociación Peluditos de Son Reus organiza un nuevo desfile de 9:30 a 12:00 horas en las instalaciones de la perrera municipal. «Participarán 36 perros, los que llevan más tiempo. Nuestro objetivo es que encuentren una casa», explica Lynda Commons, vicepresidenta de la asociación. Y es que, tal y como denuncian, abandonar «es demasiado fácil»: «La justificación siempre es la misma: tengo un niño, me cambio de casa o tengo alergia», critica Mónica. Además, piden a las personas que antes de abandonar a su mascota acudan a las asociaciones para que les ayuden: «Si necesitan comida o medicamentos, que hablen con nosotros. Hay gente que abandona a sus mascotas en Son Reus para no verlas morir... Es horrible de la forma que las dejan con el frío, la comida… No hay palabras para calificar todo lo que sienten ahí dentro».

Mónica Garrido ha paseado a Noa cada día desde hace dos años.

En este momento hay perros que llevan más de un año en Son Reus, peluditos que desfilarán este sábado para ser adoptados como Melodie (de dos años y 530 días en jaula), Kira (de dos años y 530 días en jaula), Golfo (de cinco años y 487 días en jaula), Greta (de cuatro años y 470 días en jaula) y Sharpi (de tres años y 445 días en jaula), entre otros. Además, hay perros que necesitan una atención médica especial como Vela que tiene diez años y sufre leishmaniosis; Simba, de once años, y con una pata hinchada; y Merlín, que debe comer de pie porque necesita una operación urgente porque tiene megaesófago. Mascotas con un nombre propio que tienen mucho cariño de dar y que buscan un hogar.

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