Isabel Tamarit, de 75 años de edad, jubilada y profesora de idiomas (habla cinco lenguas), además de viajera incansable –recorrió Estados Unidos de este a oeste para regresar al punto de partida, además de haber estado en Australia y muchos países de África y Asia, siendo cooperante voluntaria en Camboya y Vietnam– cada vez que sale de casa –reside en el área de sa Foradada– al no tener coche y tener que usar el bus del Govern (es el que partiendo de la Intermodal cubre a línea Palma-Port de Sóller), vive una auténtica aventura: hacer un largo tramo de camino andando. O, si no, ir a Deià, y allí tomar otro bus, procedente de Sóller, para que la deje cerca de su casa. «Y eso sucede desde que el Pacte estuvo en el Govern, en que quitó la parada donde yo me subía, y bajaba, y como yo otras personas, entre ellas las que van a trabajar a Son Marroig, todo porque alegaron que dicha parada era un peligro, lo cual no es cierto, pues ha existido siempre… Sí, porque yo la recuerdo desde tiempos en que Autocares Llompart hacía esa línea, de lo cual ha llovido mucho. Pero hace cuatro años, la Conselleria la quitó, sin pararse a pensar en el perjuicio que iba a ocasionar a quienes trabajan en el restaurante Sa Foradada, en el chiringuito y a los que vivimos en la zona, ya que desde la parada siguiente a la que paraba antes de haberla quitado, hay más de 30 minutos caminando, y para una persona de mi edad, que encima tiene sus asuntos sociales en Deià... ¡Pues ya me dirá cómo me las arreglo! Y como yo, los demás».
Isabel nos muestra una lista con firmas de vecinos afectados por la eliminación de esa parada, pero se teme que a los que mandan les va a dar igual. «Porque al anterior conseller de Movilitat –dice– le envié una carta certificada, con acuse de recibo, y al cabo de un tiempo me la devolvieron ¡sin haberla abierto!».
¿Harán caso esta vez?
A Isabel le pedimos que nos cuente lo que les ha supuesto la retirada de esa parada de bus.
«Pues, que desde hace cuatro años, al retirar el anterior Govern la parada, no nos queda más remedio que, o bajar o subir en la anterior, o en la siguiente, lo que supone tener que andar durante media hora, y a veces más, por una carretera no muy amplia, con muchos tramos sin arcén, con mucho tráfico de coches, autocares y motos, y en mi caso, tirando del carrito de la compra, a veces cuesta arriba, a veces cuesta abajo, a veces bajo el frío y la lluvia, a veces aguantando un vendaval o elevadas temperaturas»…
«Todo eso –añade– lo estuve soportando hasta que un día, caminando en dirección a casa, tropecé, me caí y me disloqué el tobillo. Desde entonces decidí tomar el autobús en Palma bajándome en Deià. Una vez allí, espero, a veces una hora y veinte minutos, a que llegue el bus de Sóller con destino a Palma, que cojo y que me deja más o menos cerca de casa. Eso cuando –añade– en ese bus hay plaza, que a veces, sobre todo en verano, llega lleno, por lo que tengo que esperar otra hora, u hora y media más, a que venga el siguiente. Que duda cabe que haciendo las cosas así tardo mucho más, pero es más seguro… Pese a eso, seguimos insistiendo en que queremos que se restaure la parada que quitaron, que, repito, no solo perjudica a vecinos, sino también a trabajadores de la zona y a los turistas. Es más, como ha visto, hay una lista de firmas reclamando su reinstalación, pero, ya ve, ¡ni caso! Por eso, el gobierno será responsable de cualquier accidente que ocurra, puesto que no están poniendo ningún remedio. Desde luego, no lo puso el anterior, y el actual no sabemos a qué espera, y… ¿Pues sabe lo que le digo? Que si yo fuera la madre o el familiar de un político en activo, este problema estaría ya resuelto». Pues no puede ser más clara y directa.
¡Ojo! con Son Forteza
Vecinos de Son Forteza se están preparando para salir a la calle, a protestar, si Cort no incluye a la barriada en las zonas ORA de Palma. Y lo harán por dos motivos. Uno, porque en dicha barriada, a la que, a través de la vía de cintura, llegan muchos coches procedentes de otros puntos de la Isla, aparcan en ella, para, sus conductores, ya bien en patinete, ya bien en bus, desplazarse a Palma. Y dos, porque en el pleno del pasado 30 de marzo se aprobaron las zonas ORA de Palma, entre las que se encontraba la de Son Forteza. Y lo peor: que los vecinos han intentado entrevistarse con el director general de Movilitat de Palma, pero hasta la fecha no los ha recibido.
Así que se van a armar de paciencia y esperar a la celebración del próximo pleno –30 de este mes– y ver qué pasa. Que como no entren en el ORA, se puede liar una de muy gorda. Y es que –nos repiten– se lo prometieron.
Fotos para recordar
Aunque de forma breve, vaya como adelanto lo siguiente: Norma Duval y Matthias Kühn han decidido convertir varias estancias de El Pueblo Español –al que están reformando en gran parte– en un museo de recuerdos. Lo decimos porque van a destinar una de las salas para que nuestro colega, y amigo, Julián Aguirre, cuelgue en ella fotografías (a color y blanco y negro) de los Reyes en Mallorca y de los famosos que han pasado por la Isla desde los 90 del siglo pasado, que es más o menos el tiempo que lleva trabajando... Pues ¡que bien!
Fin de semana
Hoy, viernes, el artista Fernando Martín presentará, bajo el título Belleza una exposición de cuadros. Antes, Joan Carles Segura, recitará unos poemas. ¿El lugar? El Espai Suscultura (Miquel Capllonch, 33, Palma), a partir de las 20 horas. Por otra parte, este sábado (20 horas) y domingo (18 horas), en el teatro Xesc Forteza, se presenta Punto y final, de Bernat Pujol, con José Vico, en el papel de Barnarda, ya mayor, sola e imposibilitada, y Aurora Jhardi, como Poncia. Por su parte, Soloua, galerista y restauradora, celebra este domingo el 12 aniversario de su restaurante, À ma maison, en el que el cous cous es el rey. Será a las 20 horas. Y también el domingo, 19, a las 18 horas, en es Molí de sa Brusca (Ponent, 19, Manacor) y a beneficio de Amics de Sant Antoni y Aproscom, se celebrará una gran subasta de arte, con obras de reconocidos artistas de la Isla.