Desde hace dos años, el hotelero alemán Jürgen Branse reside en Mallorca, donde llegó por el buen tiempo, el ambiente y el amor. Ademas de sus negocios en el sector de la hotelería en Baviera, Lord George, como se le conoce, ha abierto en Mallorca nuevas empresas.
Hombre social y cercano ha hecho buenos amigos y conocidos en la Isla, con los que ha querido compartir su pasión por los coches y en concreto su colección de 35 joyas de asfalto que posee en el sureste de Alemania. «Mi padre fue quien me inculcó, desde pequeño, esta pasión por las cuatro ruedas. Comenzó de mecánico en Renault Alpine y llegó ha ser gerente de la marca», comenta Jürgen Brasen. Propietario de la empresa Donna Resorts, que incluye los hoteles Klosterhof en Neukirchen, Burghotel en Mais y el Landhotel Rosenberger en Wegscheid, invitó a una docena de mallorquines a una inolvidable estancia y disfrutar tanto del paisaje, bordeando el bosque bávaro y las románticas calles de la zona, como saboreando la cocina típica.
Lord George es un hombre popular en su tierra natal y es conocido el encuentro donde los vehículos acaparan la atención de turistas y residentes. Entre los mallorquines estuvo el empresario y extenista Mateo Palmer, quien se ganó el cariño porque, siempre finalizaba la ruta en último lugar. «No se trata de una competición, sino de disfrutar del paseo y conducir los coches, pero hay una serie de pruebas para hacer la jornada más amena», comentan Jürgen e Irina.
La idea de estos encuentros surgió para que los amigos del hotelero compartiesen la pasión que ha llevado a Jürgen a ser un buen piloto de coches y participar en rallys, como el mítico Mil Millas de Italia. El viaje se clausuró con una gala y entrega de premios.