El veterano pub Status Cabaret cierra definitivamente tras cuarenta años en funcionamiento. Un lugar de encuentro para el colectivo LGTBI en Palma que abrió sus puertas en 1983 como bar y con una clientela de mediana edad que se reunía para escuchar música, charlar y tomar copas. Su decoración al más puro estilo wiskería acogía sofás de terciopelo estampado, cuadros de paisajes y espejos.
En 2013 el pub pasó a manos del empresario Juanjo Lozano, quien incorporó actuaciones de transformismo y shows de drag queens. La primera artista que se subió al escenario de Status Cabaret fue Jimmy, pionero en el mundo del transformismo y el cabaret. Una nueva etapa con noches de grandes espectáculos y puestas en escena que acogieron a una nueva clientela, más joven.
El local se convirtió en todo un referente para gente del colectivo LGTBIQ+ cuyo escenario acogió además de Jimmy, a Andy Lois, Kyara, Carla, Consentida, Picara, Evangeline, Ruda puda, Gina Vagina, Tino Mosquino, Mercury, Pepe Alanda, La Loba, Candelas, Lou Lou y el cantante Alex Blanes entre muchos otros artistas. Como dice Juanjo Lozano, «Status ha sido un gran escaparate para todos estos artistas y quiero dar las gracias por estos años a todos los clientes, amigos y conocidos que han pasado por el local. En especial dar la gracias a los artistas, porque sin ellos Status Cabaret no hubiese sido un referente del colectivo LGTBIQ+».
Juanjo Lozano, quien poco antes de la pandemia ya notó un importante bajón en el local, tras ir ‘sobreviviendo' en el negocio y llegado el momento de su jubilación decidió colgar el letrero de ‘Se Vende', y el local ha sido adquirido rápidamente por un inversor mallorquín, quien ya ha comprado varios locales y pisos en la zona. El último acto que hubo en Status Cabaret fue la boda entre la drag queen Evangeline (Carmelo Alonso) y el drag king Mercury, (Esteban Heredia), siendo la primera pareja de drags en casarse en Balears.
La barriada de El Terreno, y más concretamente la zona de Gomila, vivió una época dorada de la movida palmesana, con locales nocturnos y gran afluencia de gente, pero en las dos últimas décadas sufre un vertiginoso declive y abandono como zona de ocio, con locales cerrados y puestos a la venta. La adquisición de estas propiedades por grupos de inversores hace prever que en un futuro no muy lejano la zona se recuperará.