Pensamos que se tendría que estudiar a fondo si es justo que en una calle peatonal haya un carril bici. Porque si es peatonal, es peatonal, es decir, calle solo para peatones. Aunque si preguntas, los que vivan en dicha calle y usen la bici y el patinete, dirán que sí, que es justo, cosa en la que no estarán de acuerdo otros vecinos, sobre todo gente mayor e invidentes, estos, entre otras cosas, porque no ven el carril bici. Por otra parte, no todos los usuario de las bicis y patinetes cumplen con la norma, es decir, van a más velocidad de la permitida, y si cometen un error, ¡qué se yo!, que se salen del carril bici, o que aceleran más de la cuenta, y les llamas la atención con buenas palabras, lo más probable es que se hagan los locos o que te manden de paseo.
... y también en las aceras
Luego están las calles peatonales sin carril bici, que como peatonales son para peatones. Sin embargo, circulan por ellas bicicletas y patinetes eléctricos, muchos a su bola, a veces poniendo en peligro la integridad física del viandante. La diferencia con las anteriores es que no tienen carril bici, por lo cual el ciclista y el del patín eléctrico pueden ir por donde les plazca. Por ello, sin pretender entrar en polémicas, alguien con mando en plaza tendría que poner un poco de orden en estas calles peatonales, con y sin carril bici.
Es lo mismo que las aceras, que son para los peatones… Aunque eso es pura teoría, pues de un tiempo a esta parte, vas caminando tan tranquilamente por ella y te encuentras con un patinete o un ciclista que te viene de frente o por detrás. Y no pasa nada. Por ello, como decimos, ha llegado el momento de poner orden a estas cuestiones, Vamos, es lo que pensamos muchos…
¿Qué os sugiere?
La foto de la chica de zapatos plateados, sentada en el portal, fumando un cigarrillo, tomada la otra noche desde la terraza del bar próximo, es de lo más sugerente, ¿no? Y no por saber quién es ella, que si lo sabemos algún día será porque nos llame y nos lo diga, sino por lo que te inspira… Por lo que nos inspira… Porque, ¿vosotros que pensáis…? ¿Que tal vez se ha cansado de estar en el bar y se ha sentado ahí, a fumar un cigarrillo y a pensar…? Podría ser… Como podría ser también que buscara la soledad por un ratito para sentirse más a gusto aislada… Porque estando en compañía a uno/una le gusta también, aunque sea por unos minutos, aislarse, ir a su bola, y más en la noche, con lo que da de sí… O tal vez buscó ese lugar discreto para llamar a casa y preguntar a su suegra, que esa noche que salió con su marido a cenar por ahí y luego a tomarse algo, se quedó con los chicos… O igual se largó de la mesa porque se mosqueó con su pareja… Que también pasa eso en la noche. Que sales feliz, cenas feliz, decides irte a tomar una copa y por un quítame allá esas pajas, por una nimiedad, vamos, pillas un mosqueo y te ausentas del lugar donde estás para ver si sola se te pasa más fácilmente… O porque estás en compañía de tu chico y de pronto suena el teléfono, y como no te interesa que él se entere de lo que hablas con la persona que te llama, pones una excusa y te vas. O porque estás esperando a tu chico, y como no te llama, a fin de no dar tres cuatros al pregonero, te levantas, te alejas y le llamas, y si te contesta le preguntas que por qué tarda tanto en llegar, que le añoras… O igual, mosqueada ante la tardanza, le dice que no le espera más y que se va a casa, o con la otra gente que está con ella, de copas, por ahí…
¿Vosotros qué creéis que pasó…? Porque lo que sí os puedo decir es que la chica hablaba por teléfono. No se la veía, pero se la escuchaba de forma ininteligible. Y otra cosa, ¿a que eso, o algo parecido, os ha pasado a vosotros alguna vez…? Por eso pensamos que la foto que hizo noches atrás Carlos Prieto, es de lo más sugerente...
Cuestión de exponerse
Hablando de exposiciones y presentaciones de libros, la semana pasada, en el programa de Joan Monse, en Fibwi, Un día más, uno de los contertulios –creemos que Tommy Ferragut– aportó dos palabras nuevas aplicables a lo que tiene que ver con el mundo de los influencers y el de las exposiciones y presentaciones: ‘influmerdes' y ‘croqueteros'. La primera alude a aquellos que van por la vida de influencers presumiendo que tienen miles de followers, que los tienen, pero no per se, o porque por su imagen, forma de vestir y opinar, influyan sobre los demás, sino porque la mayoría de los followers que tiene son comprados –basta con echar un vistazo a la lista de los que le siguen y ver que muchos son extranjeros, subsaharianos, asiáticos y norteamericanos; basta también echar un vistazo a la Red donde encontrarás, por ejemplo, que por 9,99 euros, y para Instagram, te compras 1.000 seguidores reales– y… Pues que, con tales seguidores, van por la vida como instagramers, apuntándose, o autoinvitándose como tales a todos los saraos. Así que, ¡ojo! con ellos, pues igual no son lo que dicen que son. O, en cuanto a influencia, son menos de lo que dicen que son.
‘Croqueteros'
En cuanto a los croqueteros, la palabra engloba a todos aquellos/as que acuden a la exposición o presentación de algo –un libro, por ejemplo– solo, y exclusivamente, por dos motivos: para hacerse selfies y más selfies, o unirse a grupos de gente –amigos y desconocidos, ¡qué más da!– para hacerse una foto para el recuerdo, generalmente tapando el cuadro o la escultura que se expone, que es el motivo por el cual están allí. Y luego –o antes– de las fotos, arramblan con las croquetas, montaditos, patatilla, trozos de tortilla, ensaladilla rusa, dátiles, cava, refrescos, copas de vino… Todo lo que se ponga por delante, pero a la exposición, ni caso. ¡Ah!, y algunos/as, a nada que se han hecho las fotos y han ‘croqueteado' a diestro y siniestro, se largan de prisa a otra exposición o presentación de libros, a lo mismo. Ya decimos, son personas que, generalmente, ni se enteran de lo que hay expuesto –a veces ni saben el nombre del artista–, ni tampoco compran el libro, sino que se ponen ciegos de todo lo que sea comestible y bebible. Eso sí, luego van diciendo por ahí que han ido para apoyar al pintor, al escultor o al escritor.
Entonces, llegado a este punto, lo suyo sería hacer esas exposiciones y presentaciones sin copa, y que venga el que venga. Seguro que seríamos menos, pero la gente que acudiría lo haría por los cuadros, esculturas, libros, etc., que se presenten, y no por la croqueta. Y es que los tiempos han cambiado que es una barbaridad.