A Dani Bou (Palma, 1987) le dio un vuelco la vida hace cinco meses, que le ha obligado a cambiar sus rutinas diarias. De casa al trabajo y del trabajo a Son Llàtzer para turnarse con su padre y su hermano pequeño y acompañar a Angustias, su madre, aunque todo el mundo la conoce cariñosamente como Cuqui. Hace 150 días empezó a encontrarse cansada, y cuando la llevaron a urgencias, se quedó ingresada con una neumonía bacteriana; le indujeron el coma y cuando despertó, el cuerpo no le respondía de cabeza para abajo y no podía hablar. Desde entonces la UCI es su nuevo hogar hasta que los médicos descubran qué le ha sucedido.
«Lo peor es no saber qué tiene mi madre -explica Dani-. Las pruebas que le han hecho dejan claro que no está enferma, no hay nada mal en su cuerpo. Según todos los resultados, está bien, pero no puede moverse, hablar... está atrapada en su propio cuerpo. Eso sí, entiende todo lo que decimos y está lúcida. Ahora solo nos queda esperar a ver qué tratamiento funciona con ella», relata este joven que ha pasado más horas de las que hubiera deseado en esta unidad de cuidados intensivos.
Bou, que trabaja como comercial pero siempre se ha sentido atraído por la música, fue durante años batería de diferentes bandas de rock de la Isla, como Thrash Out o Astoria, luego formó parte de un conocido grupo de versiones, The Wateques, y, hace siete años, también empezó sus pinitos como guitarrista y cantautor, publicando tres EPs hasta la fecha. Durante las largas horas que ha pasado en la UCI comenzó a fraguar la idea de ofrecer un pequeño concierto para aliviar la espera de pacientes, familiares y profesionales sanitarios, y ha contado con el apoyo de todo el equipo médico para llevarlo a cabo.
«Una de las frases que más recuerdo de mi madre es pedirme que sacara la guitarra y le cantara algo, por eso se me ocurrió la idea, quizá pueda ayudarla un poco y al resto de pacientes escuchar canciones de M Clan, de Dani Martín, Jarabe de Palo, El canto del loco y algunas compuestas por mí. Si consigo que durante cinco minutos se olviden de dónde están y por qué están ahí, me daré por satisfecho», señala este joven, que confiesa que le preocupa que su madre no de visos de mejorar.
«Al principio de la enfermedad, cada vez que conseguía mover un poco los dedos o salía de su boca algún sonido, era una victoria para todos. Hace dos meses que ha dejado de dar esos pasos adelante, y nos preocupa y angustia más, para qué le voy a engañar. Hay días que pesan más que otros, qué luchas para estar entero porque sabes que tu madre está ahí, lúcida, pero no puede comunicarse», finaliza. Va por Cuqui y los pacientes de la UCI. Que comience el espectáculo.