Comprar un ordenador de sobremesa resulta una cuestión bastante más compleja de lo que podría parecer a simple vista. Una decisión trascendental en tanto en cuanto afecta a un elemento fundamental, social y laboralmente hablando, en nuestro día a día más cotidiano.
Consideraciones previas
Lo fácil sería dar rápido por finiquitado este texto encomendándote al asesoramiento de expertos. No en vano, no existe mejor forma de encontrar y comprar ordenadores sobremesa baratos, que acudir a una plataforma de confianza en la que un grupo de especialistas en informática puedan asesorarte de la forma más certera y profesional posible. No obstante, de nada sirve lo anterior si no tenemos meridianamente claras nuestras necesidades.
Tener claro el uso al que vas a destinar tu nuevo, y flamante, ordenador de sobremesa resulta un paso previo de vital importancia antes de comprarlo. Algo que logra acotar bastante una búsqueda que de otra forma podría ser tan agotadora como infructuosa. De nada sirve pasarse de largo y ningún sentido tiene quedarse corto con un PC que no cumpla unos mínimos. Antepón siempre tus necesidades reales a la expectativas creadas y huye, por norma general, de los chollos. Y es que casi nunca es oro todo lo que reluce y no siempre lo más barato, o caro, debe ajustarse a tus exigencias.
En la variedad... de uso está el gusto
Encontrar ordenadores de sobremesa baratos que se adecuen a nuestros hábitos de estudio, juego o trabajo no es una tarea sencilla. No obstante, y de cara a seguir acotando dicha búsqueda, podríamos decir que, a grandes rasgos, existen 4 grandes tipos de usuarios.
- Usuario básico. En este rango o segmento podríamos incluir a los que necesitan el ordenador para echar un ojo a las redes sociales, navegar por internet, gestionar su correo, abrir algún que otro documento o cualquier otra tarea de carácter básico.
- Usuario Medio. El usuario medio es aquel que lo necesita para tareas algo más complejas o simplemente para multitarea. Llegándolo a compaginar con sus diferentes entornos (laboral, social, etc.).
- Usuario PRO. En este caso hablamos de quienes usan el ordenador para tareas aún más complejas. Tareas que van desde la edición de audio o video, hasta los videojuegos o las retransmisiones en directo.
- Usuario Doméstico. Fruto de las actuales vicisitudes, y como variante de todos los anteriores, tenemos el usuario doméstico. En este caso hablamos de usuarios que lo mismo juegan a videojuegos, que ven series, abren archivos, trabajan, estudian u ojean redes sociales. Todo ello con un hándicap, se trata del PC de casa y son varios los usuarios que acceden a su uso.
Una vez aclaradas nuestras necesidades ya podemos dar forma a un ordenador de sobremesa cuyas especificaciones se ajusten a nuestro uso. Y, sin entrar en embrollos técnicos, aquí entran en juego cuestiones como el espacio de almacenamiento (disco duro), los requerimientos de acceso a nuestros recursos y la velocidad de carga (memoria RAM), las exigencias de funcionamiento y ejecución del sistema (procesador) o las necesidades de renderizado o procesado de gráficos (tarjeta gráfica). Por mencionar, a modo de conclusión, solo algunos de los componentes más reseñables a la hora de escoger PC.