Decíamos hace unas semanas que el doctor Tolo Jaume, que ahora ejerce el voluntariado en las Hermanitas de los Pobres, pensando siempre en su madre, recientemente fallecida, se había marcado tres objetivos este año: viajar a Jerusalén, visitar el santuario de Medujorge (Croacia) y hacer el camino de Santiago por tercera vez.
Como peregrino
Pues bien, acaba de regresar de Jerusalén donde ha permanecido 12 días, «no como turista, sino como peregrino, es decir, más motivado por la fe que por la curiosidad», matiza. Y ha viajado con otros mallorquines de la mano de la parroquia de San Nicolás, de Palma, visitando Nazaret, Tiberíades, el río Jordán, Jericó y Jerusalén, «una peregrinación que recomiendo a todo el mundo que la haga, pues regresas completamente nuevo, o mejor, renacido».
En Nazaret, siempre de la mano de los franciscanos, custodios de la iglesia de la Ascensión, estuvieron tres días, «conociendo sus santos lugares y participando, además, en todo lo referente al mundo hebreo y musulmán».
Recorrieron también el lago Tiberíades en una barca, «en cuyas aguas, como es costumbre de todos los que lo visitan, me bañé. Luego, a bordo de la barca, escuchamos el Evangelio. Y en la visita al río Jordán, siempre con los franciscanos, renové el bautismo siendo bautizado con las aguas del río. Y es que, como he dicho antes, los que íbamos no éramos turistas, sino peregrinos, por lo que para mí este viaje ha sido más un viaje hacia mi interior en compañía de mi madre que otra cosa. Al menos es como lo he vivido».
«Foto con olor a mi madre...»
En Jerusalén, donde la presencia policial era más que manifiesta aunque en ningún momento interrumpieron para nada los paseos que se dieron recorriendo sus calles y barrios, «visitamos el Muro de las lamentaciones, donde dejé una foto de mi madre impregnada con su perfume, más adelante, visitando el templo de la Virgen de la Visitación, me torcí un pie, lo cual no me impidió al día siguiente, de madrugada, hacer en solitario el Vía Crucis dando la vuelta la ciudad antigua, pasando por ocho de las nueve puertas que tiene, ya que la de Herodes, que fue donde Jesús tuvo que cargar con la cruz, estaba cerrada. Me costó mucho, pues cojeaba, pero ¡es que se lo prometí a mi madre…! Y las promesas han de cumplirse. También estuvimos en el barrio judío ortodoxo de Mea Shearim, y en el de los musulmanes y armenios… Y es que es una ciudad que tiene muchas cosas que mostrar».
En cuanto a los otros dos viajes que se ha planteado para este año, peregrinar a Medjugorje y hacer el Camino de Santiago, tienen ya fecha. «El primero, otra peregrinación organizada por la iglesia de San Nicolás, lo tenemos previsto para junio. Será de unos tres días. Mientras que el Camino de Santiago lo haré en solitario, desde Roncesvalles, por lo que tendré que recorrer a pie unos 800 km. El camino lo he hecho en dos ocasiones, la segunda vez con médicos».
Te quieren, Antonia
Hoy os voy a hablar de Antonia Nadal, nacida el 16 de mayo de 1959. Muchos de vosotros seguro que la conocéis, sobre todo los más fiesteros y verbeneros, ya que Antonia es cantante desde hace más de 35 años, cantante en distintos grupos: Los Barones y La Orquestina de Algaida, entre otros, siendo su fuerte la música pop, y en los últimos años góspel y jazz (Coral Minuet, Palma Góspel, Miranda Jazz Combo), y sus escenarios, entre ellos Sa Predissa, multitud de hoteles, y también fiestas patronales de pueblos de la Isla…
Familia, música y amigos
Aparte, Antonia es amante de los animales y persona muy afable y sociable, lo cual le ha permitido acumular diversidad de amigos, a los que continuamente ha cultivado, compartiendo con ellos tiempo, experiencias y momentos. Al mismo tiempo es una mujer que adora, ama, cuida y respeta a su amplia familia cuyos mayores integrantes son sobrinos, e hijos de éstos, a los que continuamente ha expresado su sentimiento de apego y cariño.
Además de la música, ha coqueteado desde siempre con diferentes facetas artísticas, poniéndole vigorosa pasión a todas ellas. Nos referimos al baile, cerámica, artesanía, solfeo, tocar instrumentos musicales, canto, al que ha dedicado tantos años con ahínco y en el que ha centrado gran parte de sus energías, culminando así, con enorme éxito y satisfacción, sus sueños, ilusiones y deseos de vida.
Contra viento y marea
Y lo más importante de esta mujer es que ante una larga enfermedad, no ha cedido y ha perseverado en su lucha. Admirable por su valentía, su energía, su fuerza de voluntad, ha buscado en su interior todo por lo que debe luchar, refugiándose en el alma y amor de su vida: la música. Que aún pasando por los momentos más difíciles, siempre ha encontrado unos minutos para acudir a un ensayo… Tiempo aunque solo fuera para escuchar a sus compañeros. Lita Riera, que es quien nos habla así de Antonia, nos pide que le transmitamos desde esta página, en nombre de todos sus amigos, que la quieren, que no la olvidan, que le desean lo mejor y que la llevan con ellos siempre.