Hacer pedagogía de la realidad LGTBI desde la desestigmatización y el humor. Es el objetivo que persiguen Marc Servera (Calvià, 2001) e Isaac N. Magnasco (Barcelona, 2000) con el podcast Lo que guardo en el armario. Desde la intimidad de su salón y, acompañados con una copita de vino, charlan sin tapujos sobre su tránsito y otros temas relacionados con la transexualidad y la sexualidad, mezclando anécdotas personales y reflexiones.
«Nos dimos cuenta en grupos con otras personas trans de que, en ocasiones, se caía en la intransigencia. Si no encajas en un perfil te tachan de tránsfobo», critica Marc. Tocan en sus conversaciones temas picantes, controvertidos y aún tabús, desde la sexualidad, operaciones de reasignación de género, su primera vez... Persiguen normalizar las circunstancias de este colectivo y ayudar a entenderlas al público general. «El podcast es la conversación que tendríamos si nos vamos de fiesta, nos encontramos a alguien por la calle, nos ponemos a hablar y les contamos nuestra vida, resolviendo sus dudas. Esto es lo mismo, pero delante de una cámara para que, en lugar de llegarle la información a una persona, le llegue a muchas más», explica el calvianer.
En vez de soñar con la utopía de una total comprensión de los problemas, dilemas y cuestiones LGTBI, asumen el desconocimiento generalizado: «No puedes cambiar la mentalidad de millones de personas de la noche a la mañana- reconoce Isaac-. Estamos en un punto en el que la gente le da miedo preguntar por temor a que la tachen de homófoba. A mí me da igual que me pregunten cuál era mi nombre antes, pero muchos se ofenden. Nosotros lo contamos todo y lo intentamos explicar».
Así, los veinte minutos que dura cada episodio, se centran en una temática concreta, a la que dan rienda suelta. Masculinidad y feminidad; Sexualidad o Transexualidad con «La Valen» son tres de los títulos más destacados. Sorprende la valentía que demuestran al exponerse de tal forma frente a un público invisible, pero multitudinario. «Sé lo que he sido, sé lo que soy y me da igual lo que me digan.-responde Marc- Alzo la voz por gente que lo ha podido pasar mal o que, incluso, se ha podido llegar a suicidar por sentirse raros, solos o juzgados. Hablo para defender el colectivo y lanzar un mensaje positivo: las cosas pueden ser fáciles». El camino, asegura, no va a ser de rosas, porque cada uno tiene su batalla interna, pero puede tener un final feliz, como ha sido en el caso de los dos jóvenes.
No se consideran abanderados de la causa ni activistas, solo «dos chicos que cuentan sus movidas». Marc insiste: «Se trata de que la gente vea a los trans como personas normales. Yo soy trans como otro puede ser cis, pero de trans soy muchas otras cosas».