Dos ballenas azules sorprendieron este miércoles a tres jóvenes mallorquines que, sin pensarlo dos veces, se lanzaron a nadar con ellas. La idílica estampa, acaecida muy cerca de la costa de Sa Ràpita, deja impresionantes imágenes y una vivencia que ninguno de los tres olvidará.
Fue sobre las 16h cuando Tomeu Llabrés, Pere Llull y Toni Baltasar salieron de Sa Ràpita a pescar calamares con su embarcación, rumbo a Cabrera. Sin embargo, a apenas cuatro millas del puerto, vieron cómo una aleta les cruzaba por la proa. Siguiendo su rastro, pocos minutos después, pasaban por debajo del barco dos ballenas, una madre y su cría, de enormes dimensiones. «La madre debía de hacer unos 15 o 20 metros, medía el triple que el barco», señala Tomeu. La sorpresa inicial, eso sí, dio paso a cierta inquietud por parte del capitán, quien les advirtió que, de levantar la cola el cetáceo, podían salir volando por los aires. No encendieron el motor, por miedo a herir a los ejemplares, y esperaron a que estos se distanciaran unos metros. Fue entonces, cuando los tres jóvenes se lanzaron al mar, cumpliendo el sueño de muchos: nadar con ballenas azules. «¡Es lo más espectacular que he hecho en la vida!», recalca Tomeu.
Navegaron con ellas en la zona de Es Trenc y fueron turnándose para bucear y disfrutar de unos instantes a solas, en el mar, con dos ejemplares impresionantes, sin nada de por medio. «Fue alucinante, las vimos a muy poca distancia. Eran enormes. Nos dio la sensación de que estaban en perfecto estado las dos, no parecían enfermas o heridas». Al cabo de 40 minutos rozando lo idílico, madre y cría partieron mar adentro, en dirección a Cabrera. Como ellas, los tres chicos siguieron su propia ruta, hacia la zona de S'Estanyol, para hacerse con unos cuantos calamares. Fue su día de suerte. Volvieron a casa con muchos calamares y con una anécdota que pocos pueden contar.