El pequeño Oliver ya tiene un protector incondicional. Un empresario español, que ha preferido mantenerse en anonimato, ha cubierto el coste del traslado del niño desde Cancún hasta Barcelona, que salió este martes para llegar este miércoles a las 15:00 horas a la Ciudad Condal. Oliver, que sufre un tumor cerebral casi terminal, se enfrenta a unos días cruciales para salvarle la vida. La familia intentó viajar con un avión comercial, pero las condiciones del pequeño provocaron el rechazo de las aerolíneas a dejarle volar.
Oliver necesitaba un avión medicalizado para poder afrontar un viaje tan largo y en unas condiciones tan complicadas de vida. Según ha informado el periódico, Diario Sur, un empresario español se ha hecho cargo de todo el coste del viaje. El donante anónimo, que hizo un pago de 196.400 euros a la familia de Oliver, no quiso nada a cambio, tan solo puso dos condiciones sobre la mesa: mantener el anonimato y que le pasen la factura de todos los gastos para poder justificar el pago ante Hacienda.
Esta obra de caridad ha trascendido mucho menos de lo que se merece y a Oliver y a toda su familia, que aterriza en Barcelona este miércoles se le ha abierto una puerta que parecía cerrada con candado. «Viajará mi mujer con Oliver, porque solo puede volar un adulto en el avión medicalizado. Yo me tengo que buscar un vuelo comercial», ha explicado a SUR el padre del pequeño, Alejandro Romero. «Quiero conocerlo y como mínimo darle un abrazo», ha sentenciado.
El empresario español, que reside en la localidad granadina de Almuñécar, logró localizar a la familia de Oliver y únicamente quiso saber a quien hacer el pago y a cuánto ascendía, sin importar la cuantía. La pesadilla de Oliver puede llegar a su fin. Un infierno que empezó el pasado octubre cuando empezó a sentirse mal y que empeoró cuando tras su primera intervención de cirugía para drenar el líquido cerebral. Tras la operación, le comunicaron que no tenían los medios para extirpar el tumor que tenía el niño y por ello, decidieron salir en busca de una alternativa a la desesperada. Con tan solo una esperanza de vida de 15 días, desde Granada se le ha abierto un halo de vida.