El sábado 8 de octubre de 2022 será un día que Rafa Nadal y Mery Perelló nunca olvidarán. Cuatro meses después de que se hiciese público el embarazo de la mallorquina, el matrimonio ha dado la bienvenida a su primer hijo, un niño que según las primeras informaciones llevará el nombre del tenista. El nacimiento del pequeño marcará un antes y un después en la vida de la pareja, que se enfrentará a partir de ahora a una nueva etapa.
Sobre cómo llevará el manacorí la paternidad surgen muchas dudas, ya que el deportista ha hecho declaraciones contradictorias a lo largo de estos años. En 2020 ya abordó este tema y explicó que quería dedicar el máximo tiempo a sus hijos: «Por mi forma de entender la familia me costaría tener niños y estar todas las semana viajando por el mundo». Un argumento que cambió este mes de junio, cuando confirmó que pensaba continuar con su trayectoria deportiva: «No creo que suponga un cambio en mi vida profesional».
Desde esas palabras en el Mallorca Country Club han pasado muchas cosas: la hospitalización de su mujer, su derrota en el US Open y su retirada de la Laver Cup. Tanto Rafa como su entorno han intentado llevar con la mayor discreción posible todos los detalles del embarazo de Mery y apenas han trascendido informaciones sobre el motivo de su ingreso. Es más, desde la clínica privada en la que se encontraba se decidió encargar una exhaustiva investigación para descubrir el origen de la filtración. A pesar de las especulaciones tanto Rafa como su hermana Maribel aclararon que la empresaria se encontraba «muy bien» y que todo iba sobre lo previsto.
Estos acontecimientos han hecho que Nadal se haya mostrado más cercano con la prensa e incluso haya hablado sobre su intimidad, algo poco común en él. «Tengo cosas mucho más importantes que atender el tenis. La vida personal siempre va por delante de la profesional», confesó hace unas semanas. Ahora los mallorquines empezarán una vida junto a su hijo y Rafa tendrá que tomar una importante decisión: priorizar su vida personal o profesional.