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«Busco partido político nuevo cuyo programa contemple favorecer a la ciudadanía»

Ramón Alfredo Fernández es hombre que prefiere protestar desde las alturas, sea desde una grúa, sea desde donde sea...

Según le han dicho a Ramón, los pasadizos que hay entre edificios de Corea son particulares. | Click

| Palma |

Aamón Alfredo Fernández Córcoles le conocimos hace bastantes años, cuando se instaló para protestar en lo alto de una grúa, en la que permaneció 14 días. Es un activista, moderado desde luego, cosa que ha demostrado las veces que se ha encaramado en otras grúas: Palacio de Congresos de Palma, Can Domenge, o cuando intentó alcanzar la parte zenital de La Sagrada Familia, de Barcelona, por ejemplo. O cuando se puso en huelga de hambre en la entrada de los juzgados de Vía Alemania, reclamando denuncias congeladas que afectaban a un hermano suyo, o protestando por la situación de las viviendas conocidas popularmente como ‘Corea', que es donde vive, y que tiene que ver mucho con el estado de sus fachadas y la limpieza de sus viales entre los bloques, que por lo visto son de propiedad privada. Ramón, que hizo la mili en la Cruz Roja, fue instructor de alta montaña –estuvo en expediciones en el Himalaya, en la cordillera de los Andes y en el Pamir– y es exbombero conductor. Y además de todo eso, es crítico con la situación en la que estamos viviendo actualmente, originada por la actuación de una clase política que antepone sus intereses a los de la ciudadanía. Pero crítico sin acidez, ni rencor, sino objetivamente crítico, pensando en que la situación puede mejorar si se producen cambios entre los que la controlan.

Favorecer a los olvidados

Dicho todo esto, añadimos que nos reunimos la otra mañana con él, pues, según nos dijo cuando concertamos la entrevista, quería presentarse como candidato a la Alcaldía de Palma, aunque luego lo matizó. «Aunque más que alcalde, hubiera querido formar un partido con el que presentarme a las próximas elecciones. Pero, dado lo complicado que es, sobre todo por las cosas que te piden, para lograrlo se necesita tiempo, y el que resta hasta que se convoquen no es suficiente. Por eso he probado con los partidos que hay, tratando de entrevistarme con algunos de sus miembros, pero, salvo Ciudadanos, que por lo visto trata de reinventarse, nadie ha respondido a mi petición. Supongo que ha sido debido a que todos, salvo estos, ya tienen sus listas confeccionadas y no les interesa que entre gente de la calle. Por tanto, voy a probar con los partidos nuevos, sobre todo con los que ofrecen en sus programas adoptar medidas que favorezcan a la ciudadanía en general, y no solo a ellos, los gobernantes y políticos en activo. Y es que, aunque solo sea de concejal, es la única forma que hay para intentar cambiar las cosas. Y entre esos cambios, está también el de favorecer a los olvidados, personas que, por ejemplo,    no saben cómo llegar a las ayudas que los gobiernos ofrecen, muy necesarias, sobre todo en los tiempos actuales, donde la inflación ha puesto a muchos en el umbral de la pobreza. Me refiero a muchos de aquí, gente de aquí, mallorquines... A los que antes su pequeña paga les alcanzaba, cosa que ahora no, pues todo ha subido de precio. ¡Ah! –matiza–, en el caso de ser aceptado por alguno de estos nuevos partidos, iría como independiente, cosa que ya hice en un pequeño pueblo de la provincia de Albacete, antes de empadronarme nuevamente en Palma, cuando me presenté por Izquierda Unida».

En Corea, junto a una nevera abandonada en plena calle.

Las calles de ‘Corea'

Con él hacemos un recorrido por las calles de ‘Corea' donde la suciedad abunda en todas partes, y entre esta, son numerosos los viejos muebles abandonados y una nevera con restos de comida en su interior, que al abrir su puerta el olor te tira de espaldas. Por otra parte, la que tenía que ser zona ajardinada, hoy es un aparcamiento de coches, mientras que en los viales que hay entre los edificios, crecen los matorrales por doquier. Tampoco estaría de más echar un vistazo a los cables eléctricos que recorren las fachadas de los edificios, porque como se produzca un cortocircuito puede provocar algo más que un susto.

«Con el fin de solucionar los problemas de esta barriada, que como ve no son pocos, he intentado hablar con la Delegación del Gobierno, Ibavi, Ajuntament de Palma, Gerencia de Urbanisme, Patronat Municipal de l'Habitatge, Emaya… Pero ha sido en balde. Porque donde únicamente he sido recibido ha sido en esta última empresa. Recibido, pero, de momento, nada más. Mientras tanto, ya ve como está –señala a su alrededor– todo esto».

O delincuentes o socializados

Antes de despedirnos, Ramón apostilla: «O esto cambia –se refiere a tal y como está la situación hoy–, o el futuro de la juventud de este barrio estará entre la delincuencia y los socializados por el Ajuntament a base de ayudas. Porque otro futuro no les veo. Y eso lo podemos extrapolar a otras zonas, no solo de la ciudad, sino de la Isla y también del país». Pues a la vuelta de la vendimia, a la que se ha apuntado –vendimia en la Península–, que será dentro de unos días, seguiremos hablando. Y es que por ahí hay mucho de qué hablar.

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