A muchos les puede parecer que los concursos de belleza son eventos meramente superficiales, pero cada participante tiene su propia historia y siempre hay quién rompe ese estereotipo. El venezolano Antonino Paone (Puerto Ordaz, 1996) representará a Baleares en el certamen Reinado Nacional de Belleza, que celebrará su primera fase en Málaga la semana que viene.
En Venezuela, Paone estudió cuatro años de Derecho; con la carrera a punto de acabar, tuvo que abandonar su país en compañía de su madre y sus hermanas, siguiendo la estela de su padre, su principal referente. «Vivíamos con muchas comodidades, pero empezaron a llegar llamadas de extorsión, me amenazaron de muerte. Para no lamentar más pérdidas, algo que ya viví con familiares y amigos cercanos, decidimos irnos», cuenta Paone, que desde el primer instante se sintió acogido en la Isla, donde llegó con 21 años.
«Emigrar es difícil, muy triste, pero tiene su lado positivo: te ayuda a crecer, a mejorar como persona, a valorar lo que tenías y entender que las cosas cambian», explica el joven que, al comenzar de nuevo, decidió conocerse mejor a sí mismo. A su llegada trabajó de camarero o maletero en un hotel y, con el tiempo, logró dedicarse a una de sus grandes pasiones. «En Venezuela quería ser abogado penalista, pero al llegar a Mallorca decidí pasar por un proceso de introspección. En buena medida, en el presente me dedicó al deporte y la nutrición, como entrenador personal. La transición no fue nada fácil y el gimnasio fue terapéutico, me dio un gran impulso para seguir adelante», explica el joven, que también se ha formado como coach ontológico.
«Soy cristiano y siempre tuve un gran llamado al servicio. Siempre me ha gustado ayudar e inspirar a las personas. Quiero prestar ayuda como a mí me ayudaron al llegar a esta Isla. Dios me ha ayudado a confiar en mí mismo, a hacerme creer que puedo hacer grandes cosas en esta tierra», afirma Paone. El joven se describe como alguien disciplinado, insistente, «si visualizo un objetivo, voy a conseguirlo», exigente consigo mismo, «una persona genuina, que habla siempre desde el corazón, un soñador con principio de acción».
La moda no entró en su vida hasta que, en 2020, logró grandes cambios en su físico. «Algunas marcas, como Hera, empezaron a fijarse en mí para el modelaje. Después de competir en la WNBF como culturista natural, surgió la oportunidad del certamen nacional de belleza», afirma el joven que, en un principio, no estuvo completamente convencido. «Al presentarse la oportunidad me planteé si era lo que quería ser o si iba contra de mis principios y valores. Parecía que no conectaba demasiado conmigo, pero pensé en darle la vuelta, mostrar mi lado más humano y hablar desde el corazón. Mi objetivo es ganar el certamen y representar a esta comunidad a nivel internacional. Pero no deseo ganar por ganar, sino para enviar un mensaje de servicio, amor y compromiso, que pueden con todo», concluye.