En casa de la madre de la novia, en el término municipal de Campos, la hija mayor de Rosario Nadal y Kiril de Bulgaria, Mafalda, y Marc Abousleiman, se dieron este pasado sábado el ¡Sí, quiero!. La noche anterior, la pareja reunió a sus invitados en una gran fiesta en Porreres, con la asistencia de la infanta Cristina, Mette-Marit, princesa heredera de Noruega; y Simeón de Sajonia-Coburgo, último rey de Bulgaria y abuelo de la novia, entre otros. Una divertida celebración muy diferente al fastuoso y blindado enlace de este sábado.
Rodeada de unas impresionantes medidas de seguridad y hermetismo, la organización ordenó a los asistentes depositar sus teléfonos móviles en un espacio habilitado para ello y con pegatinas identificativas. El personal empleado, camareros, cortadores de jamón, músicos, y equipo de la wedding planner firmaron un contrato de confidencialidad.
A las 17.21 horas llegaba el novio a la finca, conduciendo su propio vehículo, quien tras bajarse del coche pulsó la clave secreta para que se abrieran las barreras. «Todo muy bien, muchas gracias», declaró ante los cuatro fotógrafos presentes. Tras la barrera, dos miembros de seguridad y una azafata con el listado de los invitados.
Desfile de coches y monovolúmenes, algunos a una velocidad irresponsable por el estrecho camino. Kiril de Bulgaria fue el más amable con los periodistas, bajando la ventanilla y saludando. Lo mismo y sonriendo, hicieron Kubrat de Bulgaria y Carla Royo-Villanueva. A las 19.16 horas todos los invitados vieron aparecer a la novia. Mafalda, radiante y feliz, quien despedía su soltería y daba comienzo la gran boda.