Para terminar, la última de las historias de ucranianos y ucranianas que se refugian en Mallorca, y la de dos isleños, José Gomis (mallorquín) y Carlos Hurtado (menorquín), que en la furgoneta de éste están regresando desde la frontera húngaro-ucraniana, con refugiados de aquel país machacado por la guerra de Putin.
Ambas historias tiene como punto de partida Mallorca, y si la primera ha acabado felizmente, la segunda también esperamos que termine felizmente donde empezó, en el puerto de Palma. Del regreso os hablaremos dentro de unos días.
«Voy a por ti»
Karl María Kinsky es un austriaco que vive en Artà. Además de coleccionista de arte, tiene una galería de arte en la calle Son Ros, 3, de dicha localidad. Entre las obras que posee, y expone, hay seis, de tamaño grande, pintadas por la artista ucraniana Margo Murashko, a quien sigue por Facebook, y con quien se comunica a través del traductor del Whatsapp.
La vida de Karl transcurría normalmente, sin problemas… ¡Hasta que estalló la guerra de Putin!, en que se comunicó, por causas ajenas a ella, con Margo, «y que fue cuando me dijo que estaba en Dnipro, una ciudad ucraniana asediada por los rusos, cuando yo, realmente, creía que vivía en Alemania. Le pregunté que cómo se encontraba, y me dijo que bien, que se sentía segura. Por lo cual, que no me preocupara… Otro día que vuelvo a hablar con ella, me dice que está oyendo explosiones a lo lejos… Entonces le digo que la voy a buscar para sacarla de allí. Ella me tranquiliza diciéndome que no es bueno que vaya, que es peligroso. Yo insisto en ir, pero ella prefiere quedarse… Pero otro día es ella quien me llama… De fondo escucho las explosiones, más fuertes que en las veces anteriores, por lo que insisto en ir a buscarla… En realidad le digo que voy a ir, y más cuando otra pintora amiga mía, Icon, me dice que en Mallorca está trabajando en un proyecto que tiene que ver con el arte, con el que pretende ayudar a los ucranianos que huyen, y en el que ella –le digo–, como artista puedes participar… Aparte de que pienso que en Mallorca estará más segura que allí… Así que decido ir. A través de Icon le mando dinero, a la vez que cargo mi coche, un Mercedes, con medicinas y otras provisiones. Cuando lo tengo todo listo, lo embarco con rumbo a Barcelona, y una vez allí, me pongo en la carretera dispuesto a hacer todos los kilómetros que sean necesarios… Mónaco, Austria… En realidad no recuerdo muy bien la ruta que hice, por lo que tendría que mirarla…».
Le decimos que no importa, animándole a que siga con su relato…
¡Todos al coche!
«A través del móvil –nos hace caso y continua–, estoy en comunicación con ella constantemente. Me dice que nos veremos en un lugar de la frontera, cerca de Lviv, que no tengo ni idea de dónde es, pero que lo encontraré… Le digo que cuando llegue la esperaré tres días, y si no llega… Pues entregaré las medicinas donde me digan, y si me dejan, me traeré a otra familia… Cuando estoy en Italia, me llama y me dice que llegará al punto de encuentro antes de lo previsto, pues su tren, que hace el recorrido con las luces apagadas para evitar ser visto desde el aire, no hará ninguna parada… Vamos, que las treinta horas previstas de viaje, las va a hacer en veinte…. Tras localizar el punto que me ha dicho, la encuentro, pero veo que no está sola, sino que la acompaña una madre con dos hijos, y... ¡Pues todos al coche, y a Mallorca!, les digo. Tras meter sus bolsas de viaje en el maletero, se suben, arrancamos e iniciamos el camino de vuelta. ¡Todo de un tirón!, me digo… Pero en Polonia se me rompe el coche y hemos de parar para arreglarlo… Tras varios días de viaje, llegamos a Mallorca, donde, desde entonces, ha cambiado totalmente mi vida». Y razón no le falta, pues antes vivía solo, con sus cuadros y sus colecciones, «y ahora viven conmigo cuatro personas más…», dice, soltando una carcajada.
Eso es amor, ¿no?
Pero es que hay más. Y es que nos da la impresión de que entre Karl y la bella Margo hay algo más que una relación galerista-artista, o rescatador-rescatada. Hay…. ¿Cómo os lo diría…? O mejor… Nos da la impresión de que ambos han sentido un chispazo, y al mismo tiempo mariposas revoloteándoles en sus estómagos…. Y eso se llama amor, ¿no...? Para salir de dudas, se lo preguntamos, y él, entre risas, asintió, mientras que ella se ruborizó, bajó los ojos y sonrió… Pues sí. Eso es amor, ¡seguro! Y es que en las guerras también puede haber hueco para el amor.
Su-Artmadans-basta
El Hotel Artmadans, de Palma, se suma a la campaña en favor de Ucrania y de los ucranianos, especialmente de los que aún siguen en el citado país, luchando por mantener su independencia.
Para ello, el Hotel Artmadans, conjuntamente con el grupo artístico Ouverd, organizan una subasta de obras de arte (pintura, escultura y fotografía) en la sala de exposiciones del citado establecimiento que se inaugurará el próximo día 21 de abril, entregando todo lo recaudado en la misma a Cáritas Diocesana de Mallorca y a la Asociación de Ayuda a Ucrania, cuya identificación fiscal es G09844606.
Las obras estarán expuestas al público desde el día 20 de abril al 1 de mayo de este año, ambos inclusive.
Durante estos días, las pujas por las obras se realizarán por escrito en hojas de papel que estarán a la vista en la sala donde queden expuestas estas. También se podrán realizar vía on line, para lo cual se facilitará un correo electrónico, a través del que se podrá pujar por las distintas obras. Y también se podrá hacer por este sistema durante el tiempo que permanezca abierta la exposición. Por todo ello, la organización de la misma pide a los artistas de la Isla que colaboren donando un pequeño cuadro, escultura o fotografía para que sean subastados.
Quienes estén dispuestos a colaborar con esta causa solidaria, deberán depositar su obra en el citado hotel, antes del día 19 de los corrientes, adjuntando una nota con el nombre del autor, título de la obra, tamaño, valor estimado y precio mínimo que considere para la puja de salida. Las obras no adquiridas se devolverán al autor. Pues ¡ánimo a todos los artistas! Cuanto más se sumen a la causa, mayor éxito tendrá esta.