El desgaste, el alejamiento y la falta de comunicación al que lleva el estrés provocado por la crianza de los hijos y el trabajo durante la pandemia es el principal motivo alegado por las parejas para divorciarse, según explican los abogados de familia. A través de una encuesta realizada el pasado mes de diciembre a 3.000 miembros de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA), el IV Observatorio del Derecho de Familia analiza las causas más habituales que han llevado a las parejas a poner fin a su relación, una decisión que se adopta especialmente entre los 40 y 50 años. Como primer motivo, los letrados citan el estrés generado al intentar conciliar el trabajo y el cuidado de los hijos que puede provocar múltiples discusiones, algunas por motivos intrascendentes, desembocando en el peor de los casos «en el abandono, el desprecio o la indiferencia absoluta hacia el otro miembro de la pareja», explica el vocal de la AEAFA, Álvaro Iraizoz Reclusa.
«La excesiva dedicación al trabajo, la complicada conciliación laboral y familiar o la frecuente sobrecarga de uno de los miembros de la pareja en las labores de la crianza y las propias del mantenimiento del hogar, entre otros aspectos, propician la ruptura», añade el especialista en derecho familiar. Según numerosas estadísticas, el grupo de edad que concentra más divorcios es el de 40 a 50 años, coincidiendo con la etapa de crianza de los hijos menores. «Se trata de una etapa crítica», destaca el Observatorio. Los abogados que cada día afrontan crisis familiares consideran que el segundo motivo de separación es el «desenamoramiento» de algún miembro de la pareja, que en ocasiones coinciden con el inicio de una relación con una tercera persona.
Otras causas son las infidelidades, las dificultades económicas, la diferencia de criterios sobre la educación de los hijos, la excesiva presencia de las respectivas familias políticas «que generalmente ayudan pero también ahogan a la pareja», la incompatibilidad de caracteres, problemas de adicciones y maltrato. Los abogados de familia recuerdan que en España desde 2005 puede solicitarse el divorcio sin alegar causas y basta que hayan transcurrido al menos tres meses desde la celebración del matrimonio para separarse de mutuo acuerdo. En caso de divorcio contencioso, no es preciso que pase el plazo de tres meses para la presentación de la demanda cuando se acredite la existencia de un riesgo para la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del cónyuge demandante o de los hijos.
«La mayoría de las personas que malvive en pareja se identificarán con más de una de estas causas. Quizás, identificarse uno mismo en alguna de estas situaciones sea el primer paso para cambiar el rumbo que nos conduce directos a la separación, pero si la ruptura es irreversible, el verdadero drama no es separarse, sino separarse mal», explica el jurista. Por ello, los abogados de familia lanzan algunos consejos, como mantener al margen de la ruptura a los hijos, no delegar en los menores la toma de decisiones esenciales, evitar dejarse llevar por los sentimientos e intentar alcanzar un divorcio de mutuo acuerdo. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 78,9 % de los divorcios en España son de mutuo acuerdo. Otros consejos para facilitar los procesos son evitar tratar con el cónyuge cuestiones sobre las que no se ponen de acuerdo y que llevarán a más discusiones, tratar de agilizar el trámite, evitar comparaciones con otros divorcios de parientes o conocidos, acordar un buen convenio regulador y repartir los bienes en común, como la vivienda, para evitar nuevos focos de conflicto.