El término ‘kéfir' procede del vocabulario turco, su traducción aproximada vendría a ser ‘bendición'. No ha de extrañar, pues, que las propiedades que se le atribuyen a este derivado lácteo sean, como su propio nombre indica, una bendición. Y aunque por un tiempo la versión láctea se hizo con la fama, ha llegado el momento del kéfir de agua. Una bebida que se está posicionando en la despensa de quienes apuestan por una alimentación en línea con un estilo de vida saludable.
Su ingesta deja una agradable sensación carbonatada, a la que sigue un poso ligeramente ácido, además desprende un cierto aroma a levadura. Características que nacen de un proceso de fermentación completamente natural. Arantxa Sánchez y María Guerrero dirigen Co(R)evolution, una empresa mallorquina pionera en la comercialización de esta bebida.
«Beber kéfir de agua es toda una experiencia, hay que probarlo», anima María, cincuenta por ciento de esta marca nacida de la necesidad de «encontrar una alternativa saludable a los refrescos industrializados y procesados que consumimos a diario». Arantxa y María, dos amigas de 35 años de Porreres, soñaban con sustituir esos elementos por los «productos que ofrece nuestra tierra». Su proyecto pretende revolucionar no sólo los hábitos de fabricación, sino también de consumo de bebidas, y de paso «dejar un mundo mejor a nuestros hijos».
Pero, ¿cuándo comienzan nuestras protagonistas a interesarse por este tipo de productos, digamos, alternativos? «Hace años que los consumimos, pero el hecho de ser madres y preocuparnos por la salud de nuestros hijos fue lo que nos impulsó a llevar a cabo el proyecto».
Fase embrionaria
Actualmente, Co(R)evolution se encuentra en fase embrionaria, «estamos definiendo nuestra imagen, diseñando la página web y perfiles en redes sociales para presentarnos al público». Aunque, paralelamente, «hemos empezado a enviar los primeros pedidos, estamos muy emocionadas», reconoce María. En breve, la empresa distribuirá su agua de kéfir en cuatro sabores: jengibre y limón; naranja, zanahoria y cúrcuma; remolacha y manzana, y plátano. Productos destinados «a cualquier persona interesada en su bienestar». No en vano, las propiedades que se le atribuyen lo sitúan como un complemento alimenticio, «que regenera la microbiota intestinal», señalan.
Explica María que el proceso de elaboración en sí no es complejo, «lo que lo dificulta más es que trabajamos todo el tiempo con organismos vivos, por lo que factores como el clima, la humedad, las frutas y verduras de temporada, etc., afectan directamente a la elaboración y, por lo tanto, al resultado de este producto». Aunque la cuota de mercado del agua de kéfir es, a día de hoy, prácticamente anecdótica, «es un producto en el que están muy interesados en América latina».
Tras el primer lanzamiento, Arantxa y María pretenden diversificar su línea de productos, «ya estamos trabajando en el desarrollo de nuevos productos a base de fermentados». Una vez que el proyecto coja inercia, esperan «vivir de esto». Su apuesta es firme, «creemos que es un producto muy interesante y que a la larga todas las personas sustituiremos tanto alimentos y bebidas procesados por alimentos más saludables. Es hacia donde vamos».
El origen de este alimento está rodeado de misterio, no obstante hay constancia de que fue en 1855, durante la Guerra de Crimea, cuando se escribió por primera vez sobre él. Los soldados ingleses abogaban por las propiedades benéficas del kéfir de agua, las mismas que provocaron que la Madre Teresa de Calcuta lo introdujera en América.