El Reino Unido tendrá cuatro festivos consecutivos en 2022 para celebrar por todo lo alto los 70 años del reinado de Isabel II, de 94 años, informó este jueves el palacio de Buckingham, residencia oficial de la familia real británica.
La soberana, que en 2022 tendrá 96 años, espera que la mayor cantidad de gente posible pueda unirse a los festejos por el denominado Jubileo de Platino de la Reina, añadió el palacio.
El 6 de febrero de 2022, Isabel II habrá cumplido 70 años de su ascenso al trono, tras suceder a su padre, el rey Jorge VI, fallecido en la residencia de Sandringham, este de Inglaterra.
Los festejos, cuyos detalles aún no han sido facilitados, tendrán lugar entre el 2 y el 5 de junio de 2022, cuando el tiempo estará mejor que durante el mes de febrero.
El ministro británico de Cultura, Oliver Dowden, señaló que será un «momento realmente histórico», que merece «una celebración para recordar», y resaltó que en los festejos también tomarán parte los países de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth, antiguas colonias).
Los eventos tienen como objetivo reflejar el reinado de Isabel II, el más largo de todos los monarcas británicos, y su impacto en la vida del Reino Unido desde su ascenso en 1952.
Se espera que los miembros de la familia real tomen parte en las celebraciones y que se otorguen condecoraciones especiales para quienes trabajan en el servicio público, entre ellos miembros de las fuerzas armadas, los servicios de emergencia y el penitenciario.
«El Jubileo de Platino ofrece una oportunidad para que la Reina exprese su agradecimiento por el apoyo y la lealtad que Su Majestad ha recibido a lo largo de su reinado», indicó una portavoz del palacio de Buckingham.
La Casa Real y el Ministerio británico de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes (DCMS, por sus siglas en inglés) estarán a cargo de la organización de los festejos.
En febrero de 1952, Isabel II estaba con su marido, el duque de Edimburgo, en una casa construida sobre un árbol en Kenia cuando supo de la muerte de su padre. Al regresar a Londres ya como reina, la esperaba al pie de la escalerilla del avión el entonces primer ministro Winston Churchill.