Los López X el mundo son: Hernán López (46 años), Paola González (38), Lüa López González (6) y Lián López González (4). Durante los últimos tres años, esta familia oriunda de Argentina, que vive en Mallorca desde 2014, ha recorrido el mundo en una caravana.
«Comenzamos con un viaje de mochila por Panamá y Costa Rica cuando Lüa apenas tenía 1 año y medio. Luego nos fuimos a Argentina y el viaje terminó siendo de más de 5 meses. Al regresar a Mallorca, Hernán me dijo: ¿Y si ahora nos vamos a Asia, que es más barato? quizás podemos estar un año recorriendo el continente… Y luego apareció la idea del vehículo, y como yo estaba embarazada de Lián puse una condición: con dos niños, yo quiero un baño. Y así buscando y buscando durante meses apareció nuestra querida Oma en un pueblo cercano a Hamburgo, Alemania. La autocaravana es una Hymer del año 89, un clásico al que el mecánico alemán no le pronosticó ni siquiera el regreso a España…'se te rompe antes de llegar'. Y ahí está flamante nuestra Oma (que significa abuela en alemán) con más de 62.000 kilómetros recorridos por 19 países del mundo», explica Paola, quien añade que, un viaje que en principio iba a durar un año, se alargó hasta más de tres. «Si estábamos haciendo lo que queríamos y nos gustaba, ¿para qué ponernos fechas? Así que disfrutamos el tiempo, que se convirtió en tres años y medio. Pasamos de estar de viaje a vivir viajando. Esa transformación la hicimos en 3 etapas: de turistas a viajeros, y de viajeros a nómadas. Debido a la pandemia tuvimos que hacer el cambio de ruta, y como suelo decir: ‘ahora es tiempo de flotar en el agua a la espera de que lleguen las olas'», afirma Hernán.
La pareja asegura que en todo este tiempo surgieron anécdotas que están escribiendo en un libro. «Cruzando un pueblo de India de noche, de repente Hernán dijo: ‘Mira ese camión que casi no se ve, qué inconsciente, conducir sin luces por la noche en medio de la carretera' ... y a medida que nos acercamos más y más, con ganas de pitarle bien fuerte, vimos que no era un camión más… sino un elefante. También nos perdimos en un pueblo kurdo en tierras turcas y terminamos rodeados de tanques de guerra; pasamos un fin de año en un predio de la policía paquistaní bailando con los militares y comiendo cordero asado; y hasta se nos metió en la autocaravana una serpiente de más de 2 metros en Tailandia y terminamos con los bomberos, el escuadrón antiserpientes y la policía tailandesa intentando sacarla del coche».
Además de paisajes increíbles y de vivencias personales, la pareja destaca un aspecto por encima de los demás. «La gente es lo mejor de los viajes, sin importar clase, raza o religión. Atardeceres, campos, ríos, montañas y hermosas playas encuentras en todos lados, pero cada persona es única e irrepetible», explican. Ahora están en Mallorca, pero en cuanto la situación lo permita, irán a Tailandia, de donde tuvieron que regresar por la COVID, a buscar a su Oma y seguir por el mundo.
Un continuo aprendizaje
La escolarización en España solo es obligatoria a partir de los 6 años y Hernán y Paola matricularon a Lüa en el Cidead, que es el centro de educación a distancia regulado por el Ministerio de Educación. Además, durante el viaje ellos les enseñaban todo lo que veían y dónde estaban, desde el desierto de Irán hasta los wallabies en Australia. «Todo es aprendizaje para ellos y para nosotros también», destaca la pareja.