La Escuela Universitaria ADEMA-UIB patenta un revolucionario dispositivo de cierre periférico para las mascarillas quirúrgicas, en situaciones de alto riesgo frente a la COVID-19.
El equipo de investigadores de la Escuela Universitaria ADEMA, adscrita a la UIB, liderado por el doctor Pere Riutord, ha decidido dar este paso, tras comprobar con éxito su eficacia y seguridad en el estudio que está desarrollando para optimizar el sellado periférico de las mascarillas quirúrgicas tras las primeras pruebas piloto, con el objetivo de aumentar la protección de profesionales y ciudadanos en situación de alto riesgo de contagio.
Según el doctor Riutord, «tenemos que tener bien presente que siguen contagiándose profesionales sanitarios en hospitales y centros de atención primaria, continúan los contagios en residencias, siguen diagnosticándose casos en centros educativos, en reuniones sociales o procedentes de otras regiones y países. Debido a esta situación, debemos implementar nuevos métodos de barrera eficaces para intentar invertir esta tendencia para ir venciendo esta pandemia, a la espera de nuevos tratamientos y vacunas que nos proporcionen una mayor protección ante la COVID-19».
En este sentido, detalla que este dispositivo es «una novedosa y revolucionaria herramienta que permite dotar de mayores índices de seguridad y fiabilidad a las mascarillas en espacios cerrados, donde hay poco volumen de aire renovado y en los cuales existen situaciones y focos de contagio. No sólo hablamos de una utilidad extraordinaria para el personal sanitario, sino para otros sectores como el de transporte, educación o cualquier persona que se encuentre en situación de riesgo, como por ejemplo en vuelos aéreos, autobuses, escuelas, aeropuertos, residencias, etc».
Dispositivo personalizado
Por otro lado, el investigador principal del estudio ha abundado en explicar que «este dispositivo puede ser diseñado y personalizado a medida mediante dos opciones distintas: un escaneado facial y posterior materialización a bajo coste con una impresora 3D, o bien con la adaptación termoplástica del dispositivo prefabricado sobre la zona facial, consiguiendo en ambos casos evitar el flujo de aire por las aberturas o desajustes marginales de la mascarilla quirúrgica, convirtiéndola funcionalmente en una mascarilla dual autofiltrante, bidireccional y segura frente a la profilaxis del contagio por la COVID-19».
Materiales biodegradables
Determinantes son los componentes de esta eficiente protección respiratoria: por un lado la mascarilla debe ser del tipo «quirúrgica», al ser la única que nos garantiza una barrera ante agentes biológicos como virus, bacterias y hongos, propiedades que no pueden proporcionar las FFP2, FFP3 e higiénicas, las cuales están diseñadas para otras necesidades profesionales o domésticas; y por otro el dispositivo de cierre, fabricado con una resina biodegradable, esterilizable y reutilizable, como es el ácido poliláctico a partir del germen de maíz, el PLA, ambos componentes sin problemas de abastecimiento y de bajo coste.
Cabe señalar que este dispositivo de cierre periférico de las mascarillas quirúrgicas ya ha sido admitido e incluido en las guías del Instituto Balear de Seguridad y Salud Laboral (IBASSAL), Dirección General de Trabajo y Salud Laboral, Consejería de Modelo Económico, Turismo y Trabajo del Govern de les Illes Balears, a petición de la Escuela Universitaria ADEMA-UIB.
Implicación internacional
Asimismo, las universidades de Oslo, Edimburgo y Cracovia no sólo se han interesado por esta patente, sino que están trabajando conjuntamente con el equipo de investigadores de la Escuela Universitaria ADEMA-UIB, otorgando a este proyecto multicéntrico internacional una proyección académica de referencia, con el objetivo común de poner en conocimiento de la comunidad científica un nuevo método de protección eficaz ante situaciones de riesgo elevado de contagio ante la COVID-19.
El doctor Pere Riutord ha emplazado tanto a instituciones públicas como privadas a implantar este dispositivo «dada la relevancia que ha significado y que, como Escuela Universitaria, especializada en el sector sanitario, deseamos hacerlo público y que se beneficie toda la sociedad».
El equipo de investigación de este proyecto, liderado por el doctor Pere Riutord está conformado por los doctores Joan de Pedro, Ángel Arturo López, Nora López, y los docentes investigadores de las áreas de Ergonomía, Materiales Dentales y Prótesis Dental, Pedro Alomar, Jorge Domínguez, Thais Pereira, Hernán Paublini, Pau Ferragut y Diego González.
Por su parte, el presidente del Patronato de la Escuela Universitaria ADEMA, Diego González Carrasco, ha mostrado su satisfacción por este «excelente» trabajo del equipo de investigadores ya que «es una muy buena noticia y una gran oportunidad poder aportar esta solución cuyo estudio piloto y pruebas se han realizado en nuestra casa y cuyos resultados han llamado la atención en universidades extranjeras que han decidido unirse al proyecto».
«Para nosotros, la investigación es clave y con este proyecto no sólo está apoyando y respaldando a los profesionales sanitarios, sino a otros sectores vitales para nuestra economía», ha afirmado González, quien ha puesto también el acento en «la fuerza que nos da contar con un equipo humano multidisciplinar, con doctores de referencia, y con laboratorios para la fabricación de productos sanitarios maxilofaciales a medida». Todo el equipo investigador ha trabajado con diferentes elementos a medida, realizando algunos ensayos y determinando todas las fases y aspectos técnicos para culminar con éxito el proyecto», ha concluido.