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Pandemia de coronavirus

Dos mallorquines, alumnos de Ingeniería Náutica, atrapados en Santander

Gabi sentado en su barco, ve las horas pasar, rodeado de incertumbre. | Gabi Borda

| Palma |

Gabi Borda y Sergio Nieto, de 21 y 20 años, respectivamente, son dos mallorquines –palmesano y manacorí– que estudian Ingeniería Naval en Santander, en la universidad pública. Gabi vive en su barco, amarrado en un pantalán del Puerto Chico, y Sergio lo hace en un piso. Ambos, desde el pasado 14 de marzo, están confinados por el coronavirus en barco y piso, respectivamente, con la diferencia de que Gabi está solo, mientras que Sergio vive con su novia.

Gabi, con quien hablamos este lunes –Sergio no estaba con él– nos contó que llegó a Santander antes de comenzar el actual curso, por carretera, remolcando su barco, «que compré el año pasado y que he estado arreglando en lo que llevamos de este».

No saben qué hacer

El problema de ambos no es estar confinados, sino que no saben, que desconocen, cuál es el plan de su facultad, «porque mientras otras facultades, sobre todo las de universidades privadas, los alumnos, vía on line, no solo siguen el curso, sino que, además, tienen información del mismo, de si habrá exámenes y si estos serán, o no presenciales, nosotros, no. No sabemos nada. Y en cuanto a trabajos para hacer en este tiempo…. De los seis profesores que tenemos, solo tres nos han mandado hacer unos trabajos, pero aparte de eso no sabemos nada más. O, bueno, sí, nos han dicho que estemos tranquilos, que no vamos a perder el curso, pero no nos dan ninguna explicación más, ni garantías en cuanto a planes de futuro, lo cual nos plantea una serie de incógnitas: ¿qué hacer? ¿Seguir esperando aquí a que nos digan algo…? ¿O qué pasará si esto se prolonga? ¿Habrá exámenes…? Naturalmente, ante esta incertidumbre causada por la falta de información, no sé qué hacer –ahora Gabi habla por él–. No sé si quedarme aquí hasta el final del curso sin saber si habrá final de curso, ni siquiera exámenes… O, a pesar de eso, quedarme seis meses, hasta que comience el nuevo curso… O ver qué pasa una vez que finalice el periodo de confinamiento, que por lo que se dice puede prolongarse más… Y una vez que finalice el confinamiento, ¿podremos volver a la facultad porque se reanudará el curso, con todos los alumnos en la clase…? Porque, ¿se permitirán las clases numerosas, como antes del coronavirus…?

Gabi está solo, en su barco

Ante tantas dudas por falta de información por parte de la Universidad, Gabi también se plantea «regresar a Mallorca en barco por mar, pues por tierra me costará unos 3.000 euros, en una travesía que duraría un mes aproximadamente… Pero, si llego en barco, ¿me dejarán entrar en el puerto…? Y en el caso de que regrese a Mallorca, con o sin barco, si a la hora de volver hay un repunte de coronavirus y me tengo que quedar allí… Ya digo, son demasiadas dudas a causa de una desinformación total. Porque está claro que la facultad nos ha dejado tirados en todos los aspectos. Y somos muchos los alumnos que estamos en estas condiciones.

Atrapados aquí, lejos de la familia y muchos, como yo, solos, completamente desinformados y desconectados de los profesores. Porque mis hermanos, que estudian en la universidad privada, siguen las clases on line y saben que habrá exámenes. Vamos, saben lo que tienen que hacer. Pero nosotros, no».

No puedo ni ir a correr

Por otra parte, Gabi, al vivir solo, y en soledad «pues en el puerto no hay nadie, ni vive nadie», sale a correr un rato por los pantalanes con guantes y mascarilla, «porque, ya digo, ni puedo contagiar a nadie, ni nadie me puede contagiar a mí y… Pues que alguien me ha denunciado a la policía, esta ha venido y me ha prohibido salir, advirtiéndome que a la próxima me multarán. Se ve que alguien que vive en un edificio de los alrededores ha decidido que yo me quede en el barco 24 horas al día, todos los días, cuando, ya digo, corro en un lugar en el que no hay nadie. ¿Acaso me meto con alguien…?».

Mientras tanto, Gabi sigue a bordo de su velero, viendo pasar las horas, haciéndose las comidas y cenas, lavándose la ropa, leyendo, estudiando. Porque salir... «ni a correr me dejan».

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