Decía Josep Pla que la gastronomía es el paisaje puesto en la olla. La gastronomía no es un arte. Cocinar, sí. Cerca de cumplir un mes de encierro la perspicacia culinaria de nosotros, los confinados, se agudiza. Además de limpiar obstinadamente una y otra vez la casa, cocinar es una actividad que nos brinda una grata manera de pasar el tiempo. Pues bien, introduciéndonos de lleno en la Semana Santa, es el momento perfecto de agudizar el ingenio y atreverse a probar la cocina del mundo.
Gastronomía española
Es un tipo de comidas que denotan el sol y la sangre de nuestra tierra. La paella de los domingos, el brillante y rojo jamón, la tortilla (con o sin cebolla), las croquetas... En definitiva, dulce o salada, ligera o pesada, bendita sea la cocina de nuestra casa. Poco más se puede añadir.
En España, Pascua es una excusa para reunirse en familia y para preparar ciertos platos tradicionales de estas fechas, muchos protagonizados por el pescado, especialmente el bacalao, típico de la Cuaresma, los potajes de garbanzos o las sopas de ajo. Sin olvidar algunos de los postres más sencillos y deliciosos, como las torrijas, los pestiños gallegos, la leche frita, el arroz con leche... En Balears, la Semana Santa está protagonizada por crespells, panades, cocarrios y robiols. ¿El secreto? Prepararlos con productos locales.
Gastronomía italiana
Ha pasado a ser del mundo. Existe un restaurante italiano en cada esquina. Sus saciantes carbohidratos, aderezados solo como ellos saben hacerlo, pueblan el mundo entero. Pasta y pizza. Dos cajones de sastre. Especial mención merece la pasta carbonara, que nada tiene que ver con la aparatosa versión que hacemos los españoles. Una carbonara italiana servirá para salvarle.
La Pasquetta, lo que viene a ser nuestro Lunes de Resurrección, es el día en que los italianos salen de sus casas para degustar los manjares de su cocina. La Colomba de Pascua es el dulce típico que se elabora siempre durante esta festividad. Se trata de un dulce, que como su nombre indica, tiene forma de paloma. Con una superficie crujiente con almendras y glaseado. No deja de ser un bollo, una especie de panettone en pleno mes de abril.
Gastronomía francesa
Francia es un país ciertamente chovinista. En su cocina también. Pero se lo pueden permitir.
Podrían comer un queso cada día y jamás repetirían el mismo. Y el epíteto de francés dota de valor a cualquier producto gastronómico ¿Por qué si no remarcamos que cierto vino es un vino francés? Al ser Francia un país laico, la Semana Santa no es una de las festividades más populares. Los católicos celebran el Lunes Santo con cordero asado. Mientras que los ateos esconden huevos de chocolate para que los niños los busquen.
Gastronomía griega
Si el Mediterráneo tuviera una única gastronomía, esa sería la griega. Tomates, queso feta, pescados, ensalada. Todo condimentando con aceite de oliva griego. Uno no puede abandonar la Hélade sin degustar esta cocina auténtica compuesta por musaka, ensalada griega y el gyros (carne asada) entre otros.
El carnaval y la Cuaresma son los preliminares de la Pascua griega. El lunes de ceniza, tras la fiesta carnavalesca, marca el inicio del ayuno de la Cuaresma. Lo que empieza con una abstinencia, termina con un festín culinario. El símbolo más emblemático de la Pascua griega son los huevos pintados de rojo, ya que dicho color representa la sangre de Cristo. La gente los prepara con un fin decorativo, aunque también para consumirlos, en distintas recetas de aprovechamiento.
Gastronomía alemana
La cocina alemana es clara y contundente, ¿Quién lo diría, verdad? Un plato de carne, patatas y verduras. Los platos germanos te recuerdan el frío que hace fuera. Las salchichas, el codillo de cerdo asado y el delicioso strudel de manzana figuran entre los platos más famosos de nuestros vecinos del norte.
En Alemania solo es festivo el Viernes y el Lunes Santo. El chocolate en todas sus formas es el protagonista de la Pascua alemana. Una de las tradiciones más llamativa de los germanos son los Ostereierbäume, árboles de Pascua. Consiste en decorar árboles y arbustos con huevos de colores, a modo árbol de Navidad. El osterbrot, pan de Pascua, es el postre estrella.
Gastronomía israelí
Influenciado por una gran diversidad cultural y situado en oriente próximo, se encuentra Israel. Sus sabores son intensos porque intensas son la especias que usan. Y aunque sus salsas sirven para dar color a los platos, no podemos hablar de cocina israelí sin mencionar el Kosher –término hebreo que designa el conjunto de leyes y costumbres aplicadas a la comida autorizada por la Torá–.
En cuanto a la Semana Santa, el séder es el mejor ejemplo para expresar la Pascua Judía. Hierbas amargas, raíz de rábano picante, verduras, cordero, frutos secos y huevo cocido. Estos seis elementos con un significado especial –evocar la historia y los sentimientos de los israelitas durante el Éxodo del Antiguo Egipto–, forman el séder. El séptimo ingrediente simbólico durante la comida es una pila de tres matzos –panes planos– colocada en su propio plato sobre la mesa.
Gastronomía latina
La cocina latinoamericana es un batiburrillo de elementos étnicos, culturales y sociales que hacen de su gastronomía una mezcla de sabores y texturas. Independientemente de la región o del país, la cocina latina gira en torno a cuatro alimentos: maíz, yuca, patata y plátano.
Empanadas de vigilia, así denominan los argentinos y uruguayos al plato más popular de Semana Santa. Una empanada rellena de atún.
El queso criollo humacha, rehogado en cebolla y habas, es el plato boliviano para Pascua. Mientras que el bacalao cocinado con cebolla, aceitunas y huevos cocidos se impone en Brasil. En Chile, en cambio, rellenan empanadillas de marisco y verduras.
El arroz con coco y el pescado presiden las mesas colombianas. En Ecuador la fanesca, una sopa de verduras y pescado es la costumbre. Los romeritos, unas plantas comestibles con camarones, ajonjolí y patatas, adornan cada año la Pascua mexicana. En Perú, el ceviche y el chupe acompañado de malarrabia, una receta compuesta por plátano maduro sazonado y queso protagonizan las mesas. Y aunque en Venezuela el pescado suele ser la comida típica en Semana Santa, son las empanadillas las verdaderas reinas de esta festividad.
Pues bien, ahora solo queda que decida qué delicia del mundo prefiere probar esta Semana Santa.