El puerto de Palma recibió este martes la visita del buque de cruceros Black Watch, a bordo del cual los pasajeros eligen los puertos de visita por votación.
Antes de llegar a Mallorca, los cruceristas hicieron escala en Tarragona en lugar de Barcelona, puerto que estaba previsto visitar inicialmente. Un cambio que ha motivado alteraciones operativas a última hora. Desde Palma, el Black Watch partió con destino a Alicante, que ganó por elección frente a Cartagena. Y a continuación, el pasaje decidirá si va a A Coruña o a Vigo. Esta fórmula de itinerario por elección sobre la marcha, como en un yate, ofrece una mayor interacción con el cliente.
El Black Watch es un crucero de primera generación que entró en servicio en 1972 y en su día supuso lo más vanguardista en materia de diseño naval.
Destinado ahora a una clientela británica de mediana edad, en este viaje navega con unos 500 turistas y de forma paradójica, representa en la actualidad lo más clásico que ofrece este mercado turístico.