El próximo día 3 de mayo hará 30 años que se plantó el conocido olivo de la Plaça de Cort. Una centenaria olivera, frente al Consistorio palmesano, que no deja indiferente a quienes pasan por el lugar. Catalogado y protegido, este árbol se ha convertido en uno de los objetos más fotografiados por turistas y residentes.
Tan singular árbol creció en la finca de Pedruixella Petit (Pollença), propiedad del empresario Jaime Batle Manresa, hotelero y expropietario de autocares Batle. Nacido en Santa Maria del Camí, Batle tiene actualmente 85 años y, posiblemente, a final de marzo recibirá una placa que le prometió hace 30 años el Ajuntament de Palma por regalar el olivo. Le hace mucha ilusión.
Bajo la sombra del olivo de Cort, Batle nos cuenta cómo surgió la idea de trasladar el árbol desde su finca hasta Palma. «Este olivo siempre me pareció de gran belleza y robustez, entre los cerca de 2.000 que hay en la finca. Por aquel entonces, quise trasplantarlo a uno de mis hoteles en Alcúdia, el Río Mar, pero finalmente no lo hice y, al poco tiempo, vino un jardinero que yo conocía con el jefe de obras del Ajuntament. Me pidieron que se lo vendiera», relata Batle, quien añade que «les insistí en que no estaba en venta. Comentaron que era para ponerlo en la plaza, frente al Ajuntament de Palma, y entonces les dije que si era así, yo lo regalaba a la ciudad».
Agradecidos por aquel gesto, le dijeron que le harían un reconocimiento poniendo una placa con su nombre. Pero pasaron los meses y Ramón Aguiló, que era el alcalde, finalizó su legislatura sin colocar la placa. «Sólo me dieron un libro, pero de la placa nada», asegura.
Tras el edil socialista, pasaron Joan Fageda, la alcaldesa Catalina Cirer y fue con Mateo Isern, durante una comida del Fomento de Turismo, cuando un amigo de Jaime Batle sacó el tema e Isern se interesó. «Me dijo: no te preocupes, yo te pondré la placa». Se fue Isern como alcalde de Palma y nunca se puso la placa prometida. Por el contrario, con Hila ni se habló. Actualmente, Antoni Noguera se ha puesto en marcha para hacer realidad la ilusión de Batle y poner la placa a finales de marzo.
‘S'olivera' de Cort se calcula que tiene entre 500 y 600 años.