El segundo día de vacaciones de Michelle Obama en Mallorca fue de lo más activo ya que la mujer del expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama, dedicó la jornada de este miércoles a practicar senderismo, navegar en un lujoso yate y cenar en el restaurante del hotel Bendinat.
Pero lo más notable y sorprendente de cuanto sucedió este miércoles fue, además del espectacular dispositivo de miembros de seguridad del Servicio Secreto de EE.UU. y agentes de la Policía Nacional, que Michelle se escondiera y tratara de ocultarse al ver una cámara fotográfica. Algo difícil de entender en quien ha sido primera dama de los Estados Unidos y se encuentra de vacaciones, voluntarias, en Mallorca.
A pesar de todos los esfuerzos, que realiza la Policía Nacional por impedirlo, podemos contar y ofrecer fotografías en exclusiva a nuestros lectores.
La jornada comenzó a las 11 de la mañana, cuando la comitiva salió de la finca Ses Planes donde se alojará hasta el próximo lunes, dirección Esporles hasta llegar a La Granja, donde tuvieron que dar marcha atrás porque se habían equivocado de camino. Solucionado el despiste, los vehículos avanzaron un kilómetro más, hasta llegar al inicio del Camí des Correu, para practicar senderismo.
Para ello, antes de que Michelle se bajarse del coche, los policías españoles cortaron la carretera.
Durante dos horas, Michelle caminó desde Esporles hasta Banyalbufar con un nutrido equipo de escoltas y su anfitrión, el excónsul, James Costos, quien al vernos saludó y sonrió, mientras que Obama se ocultaba con la capucha de su sudadera y solicitaba que todos la rodearan con sus cuerpos para taparla. En la plaza del ayuntamiento de Banyalbufar, que se decoraba para recibir las fiestas del pueblo que empiezan este fin de semana, esperaban los coches para dirigirse de nuevo a la finca de Ses Planes, en Esporles.
De la montaña al mar
El tiempo de darse una ducha rápida y ponerse de nuevo en marcha toda la comitiva. En esta ocasión hasta un lujoso yate en el que pasaría la tarde, viendo la puesta de sol y amarrando en Puerto Portals, sobre las 21.30 horas. Al bajarse de la lancha, los escoltadas trataron de deslumbrar a los fotógrafos con la luz de sus teléfonos móviles y formando una especie de pared humana mientras que Michelle se agachaba y caminaban todos en bloque.
Una ridícula imagen que era observada con asombro por numerosos turistas y residentes que a esa hora paseaban por los pantalanes de la marina.
Y desde Puerto Portals, de nuevo la comitiva se ponía en marcha, en esta ocasión rumbo al restaurante del hotel Bendinat, donde tenían reserva a las 22 horas. Establecimiento que abandonaron pasada la medianoche para, ahora sí, volver a la finca de Ses Planes en Esporles y descansar tras un agotador e intenso segundo día de vacaciones en Mallorca.