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Un mallorquín participa en la recreación de la Guerra de Flandes en Holanda

Recreación de uno de los episodios de la guerra de Flandes o Guerra de los 80 años (1568-1648), que enfrentó a 17 provincias de los Países Bajos contra su soberano, el rey de España. | Youtube: RTV Slingeland

| Grolle, Holanda |

Es colaborador del Instituto de Historia y Cultura Militar, miembro de la Asociación Napoleónica Española, jefe del Grupo de Recreación Histórica Regimiento de Cazadores de Mallorca y, entre otros, miembro de la Asociación Hispano-Polaca ?Poland First To Fight?. Juan Bernardo Albertí Dumas es un estudioso y un apasionado de la historia militar. Además de investigar y formarse, participa en recreaciones que se ciñen escrupulosamente a una época y personajes determinados.

La última, en Holanda; concretamente en Grolle, donde tuvo lugar un episodio menor de la guerra de Flandes o Guerra de los 80 años (1568-1648), que enfrentó a 17 provincias de los Países Bajos contra su soberano, el rey de España, con el fin de conseguir la independencia.

Albertí Dumas formó parte de las tropas españolas (el único mallorquín) en tres batallas sucedidas en 1627. «Se celebra cada dos años desde 2005, aprovechando que la ciudad mantiene aún su perímetro fortificado. La idea es recrear no sólo los combates, sino también la atmósfera del lugar. Todo con una filosofía muy clara: máximo rigor y retrotraer la plaza a 1627», afirma.

No faltaron los ejercicios de instrucción de un Tercio español, formado por italianos, malteses, españoles y borgoñés. «La batalla se recrea haga sol o llueva. De hecho, nos llovió una barbaridad. A pesar de ello, la población hacía la vida en la calle (como entonces), con un trasiego continuo entre campamentos; tenderetes de armas, barreras de ganado, calzado, comida o vestimenta ?ellos con zapato bajo y calza, pantalón bombacho, jubón (chaquetilla corta), ropilla y sombrero, camisa, tabardo y capa?. La mayoría son pequeños artesanos (zapateros, sastres, cuchilleros, guarnicioneros...), que se costean así su afición». Slag om Grolle es un ejemplo paradigmático «de museo vivo y recreación histórica. Los recreadores no nos ?disfrazamos de? ni ?jugamos a?, salvo alguna excepción. Lo habitual es encontrarse con gente bien formada y muy informada».

La batalla duró tres días. «La verdad es que cuando entra el Tercio español con las picas arboladas (derechas) es cuando se piensa que comenzó la batalla de verdad. Los holandeses levantaron las paralelas (trincheras), al segundo día intentamos quebrar el cerco, pero no pudimos. El tercero hubo un avance final de los luteranos y la batalla final». Se luchó a muerte. Los españoles perdimos en Flandes y aún nos recuerdan en Holanda. «Seguimos siendo el enemigo, nos siguen viendo con la misma admiración y prevención. Les han educado como si la Guerra de Flandes fuese una guerra de la independencia, y no es así, fue una guerra feudal. Tenemos cierto prestigio y, por supuesto, ningún odio».

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