Helen Cousin es una madre británica que perdió a Maisie, su hija de 16 años que hace unas semanas se suicidó. La tragedia se avivó hace pocos días cuando el entorno familiar encontró una nota que había pasado desapercibida tras su fallecimiento, con un críptico mensaje que decía 'Estoy bien', aunque puesto frente al espejo mostraba otro muy diferente: 'Ayudadme'.
La joven vivía en el condado de Nottinghamshire, en el corazón de Inglaterra, y hace unas semanas se enfrentó a sus exámenes finales. Después, según publica Daily Mail, se quitó la vida sin dejar ningún tipo de nota explicativa.
Helen, una asistente educativa de 46 años, cree que su hija estaba deprimida, aunque jamás esperó un desenlace como éste.
«Nunca pensé que haría algo así. Estábamos muy cerca la una de la otra y siempre estaba a mi lado. Realmente pensé que podía contarme cualquier cosa. No tenía ni idea de que estaba ocultando esos sentimientos y espero poder ayudar a otros adolescentes a hablar con alguien antes de que sea demasiado tarde».
«Maisie era una hija fantástica. Le iba bien en la escuela. No tenía un montón de amigos, pero creo que ella estaba cómoda así, y tenía a algunos muy cercanos. Sé que tenían roces, y había estrés y preocupaciones, pero pensé que eran sólo cosas de adolescentes normales», explica.
En el momento de su suicidio, Maisie estaba decidiendo su futuro, entre la posibilidad de ir a la universidad o completar algún curso, como por ejemplo de cuidado de niños. En los días previos a su trágica muerte, Helen, Maisie y su hermano pequeño Oliver, de 12 años, habían estado planeando unas vacaciones familiares juntos a principios de agosto en Creta, y ella estaba muy emocionada por emprender ese viaje.
«Tuvimos un día tan hermoso el sábado antes de morir. El sol brillaba y fuimos a la óptica a buscar su primer par de gafas graduadas». Después relata cómo se enteró del hallazgo del cuerpo de su hija, el momento más terrible de su vida.
El suceso ha marcado a fuego a esta mujer, que ahora se dedica a recaudar fondos para una organización que trabaja en la prevención del suicidio. A raíz de estos hechos ve necesario implicar en mayor medida a los maestros y el personal docente en general, para ayudar a detectar casos de depresión y pensamientos suicidas en jóvenes, que pueden desencadenar en trágicas pérdidas y familias rotas por el dolor.
«Maisie no dejó cartas ni nada que explicara por qué lo hizo. Tengo muchas preguntas sin respuesta, pero ahora sólo quiero recaudar dinero y conciencia, así tal vez pueda impedir que otra familia tenga que pasar por esto», afirma la afligida madre.