La Comisión Europea (CE) impuso ayer a Google una sanción de 2.424 millones de euros, la mayor multa de su historia a una compañía por abuso de posición dominante, por conceder ventajas «ilegales» a su propio servicio de comparación de compras cuando los internautas utilizan el motor de búsquedas.
«¿Por qué Google no puede hacer lo que quiera, si es su página y su servicio, por qué no puede simplemente combinarlos?», se preguntó la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en una rueda de prensa para comunicar la decisión del Ejecutivo de la UE.
Vestager zanjó que «lo que ha hecho Google es ilegal bajo las normas antimonopolio de la UE», ya que negó a otras empresas la oportunidad de «competir sobre sus méritos y la innovación» y, a los consumidores, una mayor oferta de servicios.
La Comisión cierra así una investigación de casi siete años que abrió en noviembre de 2010 para esclarecer si Google vulneraba la libre competencia al conceder preferencias a su servicio de comparación de compras. El dossier, que el antecesor de Vestager, el español Joaquín Almunia, intentó cerrar con un acuerdo de compromisos, tomó un tono más duro con la llegada de la política danesa.
Posición dominante
Vestager recordó que la posición dominante de una empresa no es ilegal en sí misma, pero dejó claro que ésta tiene la «especial responsabilidad» de no abusar de ese dominio.
La CE concluyó que la compañía ha dado un lugar prominente a su propio servicio de comparación de compras, de manera que cuando un consumidor hace una búsqueda en Google con la que el servicio de compras quiere mostrar resultados, éstos aparecen cercanos a los resultados de la búsqueda.
Además, según la Comisión, Google «degradó» los servicios de comparación de competidores en sus propios resultados de búsquedas.
De ese modo, los servicios de comparación de compras rivales aparecían en los resultados de búsqueda de Google en función de algoritmos genéricos de búsqueda del gigante informático.