El puzzle para componer el cuadro de la biodiversidad del planeta logró 20.000 piezas más en 2016, entre las que los científicos han elegido a un arbusto que sangra o a un gusano con forma de churro como parte de las diez nuevas especies descubiertas más relevantes.
Como cada año, un comité de científicos internacionales, entre los que se encuentra el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), Antonio García Valdecasas, ha escogido al «top 10» de las especies.
Entre las «nuevas estrellas» del reino animal y vegetal se encuentra una araña diminuta, de menos de dos milímetros de largo, que ha sido «bautizada» como «Eriovixia gryffindori» en honor al mago Godric Gryffindor de la saga de Harry Potter, al poseer una forma similar a la de su sombrero.
Los científicos creen que la nueva araña, que tiene extraordinarias dotes para cambiar de forma y color, es una especie nocturna y endémica de los bosques húmedos de la zona centro-occidental de la India, donde construye redes verticales en forma de esfera.
Acompaña esta lista una raya de agua dulce descubierta en el río brasileño Tocantins, que alberga 350 especies endémicas de sus aguas.
La peculiaridad de esta raya, de color pardo negruzco y con motivos sorprendentes amarillos y anaranjados, estriba en que mide más de un metro de longitud y hay ejemplares grandes que pueden pesar hasta 20 kilos.
Otra especie «top» es una hormiga espinosa descubierta en Papúa Nueva Guinea: «Pheidole drogon», que cuenta con unas poderosas espinas que usa para triturar semillas; o un gusano marino primitivo, de diez centímetros de longitud, descubierto a más de 1.700 metros de profundidad en el Golfo de California (EEUU) y llamado «Xenoturbella churro» porque su forma y color recuerda a los churros.
Los investigadores han nombrado «Telipogon diabolicus» a una nueva especie de orquídea, dado que posee una peculiar estructura reproductiva, derivada de la fusión de la flor masculina y femenina, con un aspecto que recuerda a las representaciones de la cabeza del diablo.
Considerada en peligro crítico, esta orquídea solo se ha hallado en el sur de Colombia donde crece en un bosque de montaña actualmente muy amenazado por la reconstrucción de una carretera.
«Solo en Colombia existen alrededor de 3.600 especies de orquídea, cientos de ellas a la espera de ser descritas», afirma Valdecasas.
Otra planta entre las diez especies nuevas más curiosas, es el arbusto «Solanum ossicruentum», al que, al cortarle los frutos, se le oxida la carne y pasa del color verde blanquecino a rojo sangre.
En la lista está también una pequeña rata de Indonesia -Gracilimus radix- que, frente a sus parientes carnívoras, ha aprendido a disfrutar de una dieta omnívora; y un saltamontes rosa brillante con una extraordinaria capacidad de camuflaje, encontrado en una zona muy protegida de Borneo.
Y también el «Scolopendra cataracta», un nuevo ciempiés color negro descubierto en Laos, que tiene 20 pares de patas y llega a medir 20 centímetros de largo, siendo la primera especie de ciempiés jamás observada capaz de sumergirse en el agua y correr por el fondo de la misma manera que en tierra firme.
La situación de su población es «muy preocupante» debido a que su hábitat está desapareciendo rápidamente por el crecimiento del turismo.
Hay también un milpies nuevo hallado en el Parque Nacional Sequoia (Estados Unidos), «Illacme tobini», que parte de 414 patas a las que continúa añadiendo segmentos de cuerpo con sus patas correspondientes a lo largo de su vida.
Se trata de un milpies alargado, similar a un hilo de unos dos centímetros de longitud y sin ojos, que pertenece a un antiguo linaje de hace doscientos millones de años y vive en pequeñas grietas bajo la superficie del suelo, donde segrega un producto químico desconocido para defenderse.
Cuatro de sus patas están modificadas para transferir espermatozoides a las hembras que segregan seda.
El listado del «Top Ten» de las nuevas especies, que dirige el investigador Quentin Wheeler, del International Institute of Species Exploration, en EEUU, cumple ahora diez años en los que se han descubierto y nombrado casi 200.000 nuevas especies, una cifra impresionante pero pequeña en comparación con las 12 millones de ejemplares que los investigadores creen que quedan por descubrir (cinco veces más de las que ya se conocen).
«Con esta iniciativa tratamos de concienciar sobre la importancia de seguir conociendo y poder así proteger la incalculable biodiversidad que nos rodea, ya que cada especie abre un tesoro de nuevos conocimientos», resume Valdecasas en una nota del MNCN.